Decenas de miles de pequeños agricultores que comenzaron su marcha desde los estados de Haryana, Punjab y Uttar Pradesh para reclamar un precio mínimo de apoyo garantizado para todos sus productos comenzaron a llegar a las inmediaciones de Nueva Delhi, la capital del país, con la intención de bloquear los accesos a la ciudad.
En Ambala, a unos 200 kilómetros de urbe, la policía local lanzó gas lacrimógeno para dispersar una de las columnas tras el fracaso de las negociaciones que se iniciaron en 2021 con el gobierno del primer ministro Narendra Modi, que ordenó el bloqueo de las autopistas que conducen a Nueve Delhi con púas metálicas, cemento y barricadas de acero en las autopistas.
El comisario asistente de la policía de la ciudad, Ranjay Atrishya, informó que "se enviaron números máximos" de agentes, reiteró que las “congregaciones de más de cinco personas han sido prohibidas en la capital” y confirmó que se “suspendieron temporalmente los servicios de Internet” en algunos distritos del vecino estado de Haryana.
Los campesinos tienen un gran peso político debido a que son muy numerosos y la protesta se produce en medio de la campaña de los principales partidos de cara a las elecciones legislativas de abril y mayo, comicios en los que según los sondeos se impondría el oficialista Partido Bharatiya Janata (BJP) del primer ministro Narendra Modi.
La protesta se produce después que Modi, que busca un tercer mandato al frente del país, retirara las controvertidas leyes agrícolas que habían desencadenado manifestaciones de 2021 en las que decenas de miles de agricultores se refugiaron en las afueras de la capital durante un duro invierno y la devastadora ola de Covid.
El retiro de la normas en noviembre de 2021 fue considerado por los analistas locales como un duro revés para el gobierno de Modi, que en ese momento estableció un panel de agricultores y funcionarios para encontrar formas de garantizar precios de apoyo.
Sin embargo, y luego de múltiples reuniones, las negociaciones no avanzaron, en un país en el que dos tercios de los 1.400 millones de habitantes dependen de la agricultura, que aporta casi un quinto del PIB del país.
Si bien el gobierno protege a los productores contra cualquier caída brusca de los precios agrícolas anunciando un precio de compra mínimo para ciertos cultivos esenciales al comienzo de la temporada de siembra, los agricultores exigen que el mecanismo se extienda a todos los productos y reclaman, además, que el gobierno cumpla con su promesa de duplicar sus ingresos.
Los productores también exigen un perdón de las deudas contraídas con los bancos, en un contexto en el que los medios locales reportan miles de suicidios todos los años de campesinos debido a la pobreza, el endeudamiento y la pérdida de cosechas, afectadas por patrones climáticos cada vez menos predecibles.
La protesta de los pequeños productores es seguida muy de cerca por el gobierno y la oposición, ya que conforman un influyente bloque electoral que se espera reciba un contundente apoyo de varios sindicatos, que anunciaron una huelga rural en todo el país para el viernes próximo en demanda de aumentos salariales y mejores condiciones laborales.
(Con información de AFP)
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