7.000 hectáreas destruidas por incendio de bosques en el centro portugués

José Guilhermem comandante de los servicios de rescate que llevan a cabo las operaciones, señaló que “se estima que la superficie quemada es de 7.000 hectáreas, pero el potencial de este incendio podría llegar a más de 20.000 hectáreas”. Y agregó que “los más de mil efectivos operacionales que permanecerán en el terreno están actualmente tratando de garantizar la estabilización del fuego, cuyo perímetro ya alcanza los 60 kilómetros”.

En rueda de prensa en el municipio de Proença-a-Nova, Guilhermem informó que “la comprometida es un área muy grande con muchas casas y pueblos aislados y los bomberos enfocan sus esfuerzos en cuatro puntos calientes desde los cuales es probable que las llamas vuelvan a comenzar”.

El incendio forestal se desató el pasado viernes en la localidad de Castelo Branco y quemó unas 6.000 hectáreas en las primeras 24 horas. El humo y las cenizas que emanaron llegaron este sábado a la ciudad santuario de Fátima, donde el papa Francisco estuvo ante una concurrida asistencia de peregrinos durante la Jornada Mundial de la Juventud. 

Otro brote del mismo siniestro movilizó este domingo a más de 300 bomberos hacia Odemira, cerca de la costa suroeste del país.

Tiago Bugio, uno de los responsables de protección civil, dijo este domingo que “las llamas están cediendo el paso a los medios de combate”. El funcionario precisó que dos frentes del incendio permanecen activos, pero que un tercero, que se dirigía hacia el sur y a la turística región de Algarve, estaba bajo control.

Ante las altas temperaturas que este domingo podrían alcanzar los 40ºC en algunas regiones de Portugal, protección civil advirtió que el riesgo de incendio sería “de muy alto a máximo en todo el territorio durante los próximos días”.