Vivió en Recife, pero no se tiró al agua

El lateral zurdo Gastón Filgueira cumplirá tres años jugando en el país de los laterales. En setiembre de 2014 llegó a Brasil para defender a Náutico de Recife, donde vivió un año y medio, pero nunca se tiró al agua. "No entré por los tiburones. No me arriesgué", contó a Referí. Recife se ubica en el nordeste brasileño con hermosas playas en la costa del océano Atlántico, pero cuando la marea sube, suelen aparecer los tubaraos. "No son muy grandes, pero hay", dijo el futbolista.

Cuando quería disfrutar del agua sin temor a los afilados dientes de los escualos, "íbamos a Porto de Galhinas, que está a 60 kilómetros y es una de las mejores playas de Brasil".

Además de Recife, Filgueira y su familia vivieron en Fortaleza y desde hace unos días lo hacen en Goiania: "Está al lado de Brasilia. Para vivir es la mejor, todo es más estructurado, más organizado, más seguro. El clima es parecido a Uruguay. Ahora corre un lindo aire; en el nordeste sin aire acondicionado no dormís", contó.

Cuando residía en Recife se movilizaba en un auto alquilado, pero en Fortaleza compró uno ya que "hicimos cuentas, es más económico y a fin de año lo podemos vender. Salimos sin miedo, porque con la aplicación Waze no tenés como perderte. Y si surge cualquier inconveniente, Uber tiene un servicio muy bueno acá".

Además de jugar al fútbol, otra de las pasiones de Filgueira es el surf, pero... "Es increíble, pero desde que estoy en Brasil nunca me tiré acá con una tabla. He ido a muchos lugares de Santa Catarina, pero antes de venirme. Cuando voy de vacaciones a Uruguay voy a Punta del Diablo y a La Paloma".

Aunque está cómodo junto a su esposa y su hijo, "extraño todo de Uruguay. Mis perros, mis viejos, mis amigos. El simple hecho de ir a la playa, al super. Afuera del país no es fácil. Uno sale atrás de un sueño, pero se extraña. Ahora mi hijo cumple tres años y vienen muchos familiares para acá".

De todas formas, el fútbol le ha permitido conocer lugares que de otra forma sería más difícil: "Nunca hubiese pensado ir a Belén, en el estado de Pará, que queda allá arriba y hace un calor impresionante; o a San Luis de Maranhao".

Brasil es un continente en si mismo y "para ir a la ciudad que sea tenés que tomarte un avión. Ahora, por ejemplo, vamos de Goiania a Brasilia que son 25 minutos de vuelo y desde ahí a la ciudad que sea. En la primera parte del campeonato tenemos que salir a Belén, Pelotas, Natal, son viajes de una punta a la otra. Miles de kilómetros, conocés todo y la diversidad de lugares, desde climas secos a muy fríos o de mucha calor".

También identifica el acento de los brasileños según dónde vivan: "Cada uno tiene su sotaque (acento) particular. Es muy graciosa la forma de hablar, tanto del paulista, como del carioca, el de Minas Gerais...".

La actividad del fútbol brasileño es intensa: "Jugamos cada tres días. El año pasado fueron 52 partidos. El ritmo es muy pesado, aunque después se disfruta a fin de año porque las vacaciones son de noviembre a enero".

La infraestructura que tienen los clubes de la Segunda división del fútbol brasileño es excelente y el nivel futbolístico es alto.

Por eso, a los 31 años, la expectativa de Filgueira es permanecer algunos años más en Brasil, donde se siente cómodo y adaptado. Claro, lo que no negocia es desafiar a los tiburones: prefiere marcar al más habilidoso de los delanteros.

"Cuando estás en Uruguay y te dicen de ir a la B de Brasil, lo dudás. Pero ahora que conozco, estoy sorprendido. Náutico tiene un centro de entrenamiento que salvo los equipos grandes de Uruguay, no lo tienen los otros clubes. Los partidos los juega en el Arena Pernambuco, un estadio mundialista. Fortaleza es igual, juega en el Castelão.El año pasado tuvo una de las mejores media de público en todo Brasil: 25 mil personas por partido. Vila Nova, donde estoy ahora, juega en el estadio Serra Dourada, que tiene padrón FIFA. Es otro nivel, muy competitivo y tenés visibilidad en todo el país".

"Cuando llegué a Brasil el desafío era muy grande, porque estaba llegando al país que saca los mejores laterales del mundo. Era raro. Para hacer la diferencia acá tenía que hacer algo distinto. Lo intenté con una marcación más fuerte y me ha ido muy bien. El año pasado fui destacado como el jugador que robó más pelotas en la Serie B. Al brasileño le gusta eso porque carecen en general de marca. Es como si un jugador brasileño va a Uruguay y es aguerrido y metedor. Hace la diferencia. Antes de llegar, por desconocimieno, subestimé un poco a la Serie B, pero el nivel es muy bueno".

"Soy hincha de Nacional y tengo recuerdos muy lindos. Me gustaría volver, aunque sé que es difícil. Siempre estoy al tanto de los resultados".

Central Español, Arsenal de Sarandí, Nacional, Cerro, Palestino, Liverpool, Náutico, Fortaleza y Vila Nova. Integró la selección en el actual ciclo de Óscar Tabárez.