Para Antonio Pacheco no fue un clásico más, por más que diga que todos los clásicos los vive de la misma manera.
Es que era el regreso a estos partidos luego de muchas cosas que debió pasar. La principal fue cuando lo echaron del club a mediados de 2011. La otra era su primer encuentro ante Nacional tras su doble fractura.
“Este fue un partido especial, muy importante. Me han costado mucho las cosas en Peñarol”, dijo y se le llenaron los ojos de lágrimas.
Consultado acerca de si el beso a la camiseta que le dio el domingo cuando se iba suplantado era el más grande que le había dado en su carrera, sostuvo: “No sé. Volví a Peñarol por mi sentimiento por el club y por la hinchada. Si no tuviera eso, no estaría acá”.
Pacheco admitió que “jugamos contra un equipo con grandes jugadores y nos llevamos la victoria. Estoy muy feliz”.
Al hablar del gol ante Nacional, el capitán mirasol indicó que “el gol fue para el hincha. Pero no por el momento que viví tras la lesión. Hace un año y ocho meses viví el momento más horrible de mi carrera. No me olvido de lo que sufrí”.
En el tercer gol de Peñarol, ya en el banco de suplentes, se abrazó con Darío Rodríguez.
“Es mi amigo, el referente de Peñarol. Amigo es una palabra muy especial. el abrazo es porque él como yo vivimos situaciones juntos y ganamos un gran partido”.
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