La precocidad parece no tener límites. El mundo asistió a niñas que destacaron en gimnasia a lo largo del tiempo, todas ellas en el entorno de los 14 años.
Pero en Kazán, donde se disputan los Campeonatos Mundiales de Natación se rompió el récord de precocidad. Alzain Tareq es tan solo una niña bareiní, de diez años de edad. Sí, diez años.
Tareq, nacida en 2005 en Baréin, participará en dos pruebas: 50 metros mariposa y 50 metros libre y en ambas quedará eliminada a las primeras de cambio, siendo superada ampliamente. En mariposa, tiene el peor registro y en libre, sí supera a tres nadadoras. "No tengo miedo de nadie ni de nada, he participado en muchos campeonatos", responde con la inocencia de una niña de su edad.
Su padre, otrora nadador profesional manifestó: "Estoy seguro de que el Mundial será una experiencia inolvidable para ella". El objetivo que le ha marcado su entrenador es bajar los 34 segundos en el libre y 41 en la mariposa. De hecho, para acceder a los Mundiales de Kazán, Alzain Tareq fue la más rápida de la fase de clasificación y superó a nadadoras adultas.
A diferencia de lo que ocurre en otras disciplinas deportivas, la Federación Internacional de Natación (FINA), no exige una edad mínima y permite que todos los países puedan tener al menos un nadador de cada sexo.