Nacional se desplomó en el peor momento

Falta una fecha para que termine el Torneo Apertura y Nacional aún puede ser campeón. No depende de sí mismo, porque además de ganar su partido frente a Sud América tiene que esperar que Defensor Sporting no le gane a Fénix, pero desde el punto de vista matemático el equipo que dirige Martín Lasarte llegará con ilusión a la última jornada el próximo fin de semana. Ahora, futbolísticamente, el sábado sufrió un golpe de nocaut en el Franzini. Se desplomó en el peor momento.

Una de las virtudes de Nacional a lo largo del semestre, y en consecuencia del entrenador, fue mantenerse en lo más alto del Apertura y del grupo de la Copa Libertadores a pesar de los problemas. Lesiones, desgarros, accidentes, suspensiones. De todo le pasó. Pero siempre encontró la forma y la fórmula para salir adelante, para ganar partidos agónicamente, con futbolistas que cambiaron desde el banco. Frente a Defensor no pudo.

El sábado iban 20 minutos de juego cuando tras un pique, Tata González comenzó a renguear. Una lesión muscular lo sacó del campo de juego y está comprometido para el próximo. Lasarte tuvo que hacer un cambio que no lo tenía pensado tan rápido. En ese momento le salió bien, porque la entrada de Brian Lozano le dio más profundidad y tras un tiro de esquina muy bien ejecutado por el "Huevo", aparecieron Diego Arismendi y Sebastián Fernández en el área violeta para abrir el marcador.

Pero en el entretiempo tuvo que salir Arismendi, que era un baluarte en la mitad del campo. Una fatiga muscular lo sacó del partido. Si en ese momento el técnico tenía que sacar a un volante, el elegido tendría que haber sido Santiago Romero porque se había hecho sacar una tarjeta amarilla de caliente. Protestó un codazo de Maxi Gómez en la mitad del campo, el árbitro no le dio bolilla y se levantó derecho a meterle un planchazo a Mathías Cardacio. Pero el cambio fue por Arismendi por lesión, otra más.

La amarilla de Romero fue la quinta, por lo que no estará frente a Sud América. Tampoco el capitán Diego Polenta, que resultó expulsado, y esta es una dificultad importante. Agustín Rogel se fue con la selección sub 20 y Alexis Rolín todavía no se recuperó, por lo que le queda Guzmán Corujo, que aún no debutó en Primera. Las de Romero y Polenta son dos bajas que se suman a las incertidumbres de González y Arismendi, y a la de Rodrigo Aguirre, el goleador que mira de afuera las últimas dos fechas por una situación poco común: se cortó el brazo en un accidente doméstico.

El panorama del plantel es inquietante, pero lo que más debe preocupar al técnico es el bajón futbolístico en un juego clave. Está bien que Defensor jugó un gran partido, que Andrés Lamas no le dio respiro a Hugo Silveira, que Gonzalo Bueno y Maximiliano Gómez destartalaron a la defensa, pero el nivel de varios futbolistas tricolores fue de regular para abajo.

De atrás hacia adelante: Jorge Fucile sufrió con la velocidad de Bueno, Rafael García cometió varios errores y jugó ofuscado (el empate de Defensor nació en una mala salida del zaguero, la expulsión de Polenta por querer salir eludiendo), Alfonso Espino no subió jamás y es uno de sus fuertes, y Polenta recibió dos amarillas en 13 minutos. Romero no estará el domingo y Arismendi no se sabe, un signo de interrogación grande se abre porque fueron los integrantes del doble 5 en todo el campeonato.

Kevin Ramírez empezó con un par de desbordes, pero se quedó. Ya suma unos cuantos partidos sin encontrar aquella explosión que tenía antes de la lesión que sufrió contra El Tanque. Sebastián Fernández hizo un gol en su momento importante, luego falló otro muy claro. Brian Lozano es una caja de sorpresas: o mete un golazo como el que hizo o se pasa un largo tramo del partido cometiendo errores.

Así está Nacional, que el sábado perdió el privilegio de los dos puntos que tenía de ventaja en el Apertura. No puede bajar los brazos porque aún tiene oxígeno, pero Lasarte va a tener que trabajar bastante para levantar lo que se derrumbó el sábado en el Parque Rodó.