Nacional sabe lo que quiere

Con goles de Iván Alonso antes de la media hora inicial del primer tiempo, y dos de Richard Porta en el segundo tiempo, Nacional venció a Sud América por 3-1 en partido por la tercera fecha del Apertura y consolidó su liderazgo en la tabla de posiciones.

Sin grandes fuegos de artificios en su propuesta futbolística, con la simpleza de los jugadores con buen pie (Álvaro Fernández, Ignacio González, Carlos De Pena, el propio Diego Arismendi), que hacen fácil lo que para muchos es difícil, y con la solidez de una estructura que se consolida a medida que avanza el torneo, Nacional brindó en el Parque Central otra buena demostración de fútbol, igual que en los dos primeros partidos, con el agregado ayer que esa regularidad la mantuvo durante más minutos que en los encuentros anteriores y la reafirmó con los goles que llegaron pronto en el primer tiempo y al comienzo del complemento.

Sud América, que venía primero, con el goleador Santiago González y con la esperanza de dar otro batacazo, realizó un planteamiento inteligente durante buena parte del primer tiempo, cubrió todos los espacios y presentó a los tricolores dificultades para llegar al gol. Sin embargo, la calidad del plantel de Nacional, por aportes individuales o colectivos, y la paciencia de un equipo que sabe qué es lo que quiere, le brindó en el primer error de los rivales la apertura en el marcador, cuando Alonso estableció el 1-0 a los 24’.

Los visitantes tuvieron la mejor ocasión del primer tiempo casi cuando acababa ese período, a través de un remate de Santiago González, que el golero Jorge Bava desvió al córners.

En el inicio del complemento, Nacional reafirmó su triunfo cuando el árbitro sancionó un claro penal a Alonso, que Richard Porta transformó en gol. Y a los 55’ otra vez el goleador Porta, después de un regalo de Pereiro, estableció el 3-0 definitivo.

De ahí en más pudo ampliar diferencias. El Chino Recoba ingresó en circunstancias muy especiales, porque por primera vez en mucho tiempo no tuvo que ingresar para apagar un incendio y dar vuelta un partido, sino para disfrutar el juego sin estrés. De ahí al final el partido fue un trámite. Lo único que rompió la monotonía fue el gol que Argachá convirtió a los 88’.

Nacional gana la confianza y seguridad que dan los triunfos y los minutos de fútbol, se consolida como puntero y reafirma sus intenciones de hacer un buen campeonato, cuando su eterno rival está sumido en una profunda crisis futbolística.