Disputó cuatro partidos en el torneo continental, de los que ganó dos y empató dos (frente a Rosario Central de visitante y River Plate en el Parque). Lidera el grupo 2 y para cerrar su participación debe enfrentar nuevamente a estos dos. Frente a Central y en ambas ocasiones contra Palmeiras, el equipo de Gustavo Munúa se plantó de una forma que ilusiona a sus hinchas con llegar a las fases de definición de la Copa.
La concentración de los futbolistas, la seguridad defensiva (recibió solo dos goles en cuatro partidos y uno de ellos -en Rosario- mediante un penal que no existió), el alto rendimiento del mediocampo, los goles de Nicolás López y el sacrificio en general, son puntos altos.
Los futbolistas tienen bien aprendida la táctica. Presionan desde los delanteros, con un trabajo a destajo de Leandro Barcia y Kevin Ramírez. Con la pelota en su poder, cualquiera puede poner en alerta a los delanteros: ya sea mediante un pase largo que puede partir desde los pies de los defensores o de los volantes, o abriendo la cancha con los laterales.
"La actitud y la forma en que defienden esta camiseta es lo más importante", destacó Christian Berman, ayudante de Munúa que el jueves dirigió desde el campo de juego por la suspensión del técnico.
Agregó: "Estamos muy contentos con esta victoria que es fundamental. Trabajamos para poder llevar a cabo esta dinámica que tiene el equipo. Lo otro muy importante es el grupo y los jugadores que hay".
Y señaló cuál es el objetivo principal en este etapa: "Nuestro objetivo es pasar de ronda. El grupo está mentalizado. Tenemos dos rivales muy complicados y todavía no logramos nada. Son partidos de Copa Libertadores donde no te podés equivocar en lo más mínimo".
Aunque faltó Jorge Fucile (suspendido), el jueves Nacional presentó una línea de cuatro de gran rendimiento, que solo sufrió en el tramo final del encuentro. Santiago Romero se adaptó muy bien al costado, mientras que Victorino y Polenta son los centrales ideales de acuerdo a los integrantes del plantel actual. También hay que resaltar que Espino levantó el nivel que había mostrado en anteriores ocasiones.
El pibe Carballo, que sustituyó en el medio a Romero, se mandó un partidazo. Con personalidad para recuperar la pelota y clase para entregarla redonda. Fue, además, el encargado de las pelotas quietas. Así, juegue quien juegue, Nacional se ilusiona con seguir creciendo.
Nacional recibió dos goles en cuatro partidos de Copa, lo que demuestra el buen funcionamiento defensivo, basado en el nivel de Esteban Conde, sólido partido a partido; también en el trabajo de Mauricio Victorino, quien está recuperando el juego que lo llevó a la selección. Se complementa muy bien con Diego Polenta y levantó Alfonso Espino.
El jueves entró el juvenil Felipe Carballo al mediocampo y realizó un gran partido junto a Gonzalo Porras. El mediocampo tricolor es clave en el funcionamiento, porque a ellos se suman Leandro Barcia y Kevin Ramírez por los costados. Desde esa zona se recupera el balón y se genera fútbol para los delanteros.
Y la frutilla está arriba, en el ataque. Nicolás López pone los goles y Sebastián Fernández el sacrificio. El Diente suma ocho tantos en nueve partidos jugados y ya alcanzó a Iván Alonso como goleador del equipo en la temporada. Papelito hace un gran esfuerzo, abre caminos y genera oportunidades.
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