El béisbol no suele ser un deporte violento. Pero, a veces, hay trifulcas y de las buenas. Eso ocurrió el pasado jueves en un partido entre San Diego Padres y Los Ángeles Dodgers.
Carlos Quentin, bateador de los Dodgers, no soportó un lanzamiento de Zack Greinke que impactó en su cuerpo y se fue directamente a buscarlo. Tras eso, intervienen la mayor parte de los jugadores de ambos equipos.
El que se llevó la peor parte fue Greinke: terminó con la clavícula izquierda rota por culpa del topetazo de Quentin. Al final, los Dodgers ganaron por 3-2.
Otro episodio similar
El 9 de marzo pasado, en el Clásico Mundial de béisbol, los jugadores de México y Canadá terminaron a las piñas por una situación similar. El bateador canadiense Rene Tosoni se enojó con el lanzador mexicano Arnold León; todo terminó en una batalla campal.
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