Polideportivo > EN UN MUNDO DE HOMBRES
Dos mujeres en los cargos administrativos más importantes de la AUF
Andrea Lanfranco y Victoria Díaz ocupan un sitial de privilegio en la cúpula de la Asociación
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25 de junio de 2017 a las 05:00
Por Marcos Silva, especial para Referí
Dicen que el fútbol es cosa de hombres, sin embargo en la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) los dos cargos administrativos más importantes lo ocupan dos mujeres. Una por tradición, otra por vocación, cada una con una historia personal y de vida para contar: las de Andrea Lanfranco y Victoria Díaz.
"Entré a trabajar en la AUF a los 18 años, era la secretaria de AUFI", relató Díaz, la gerenta general y contadora de la asociación.
"El área del fútbol infantil era la más relegada, arranqué bien de abajo. Cuando estaba en AUFI me acuerdo que venía Roberto Pastoriza, actual neutral del Ejecutivo, o Eduardo Belza, gerente deportivo de la AUF, a mi oficina. Ellos me vieron crecer desde chica y creo que me favoreció para llegar al cargo en el que estoy hoy", aseguró Díaz a Referí.
Juveniles, encargada de Compras, Contaduría y Tribunales fueron algunas de las áreas donde trabajó Victoria hasta llegar al lugar que ocupa hoy. "Eso me permitió conocer distintas realidades que me ayudaron a ampliar la cabeza y aprender cómo funciona cada área", reconoció.
"Éramos tres o cuatro mujeres en la AUF, muy poquitas, pero con el tiempo fueron ingresando más. Estoy acostumbrada a tratar con hombres, a esta altura ya soy uno más en las reuniones y no corre eso de que se cuidan para no decir algo porque soy mujer", relató Díaz.
Reconoce que lo que más le gusta de su trabajo es que cambia todos los días y no hay tiempo para aburrirse ni rutinas a las que acostumbrarse. "Tenés mil temas, cada día sale algo nuevo y hay que estar arriba siempre", aseguró.
Desde la gestión de Sebastián Bauzá, la AUF comenzó a profesionalizar sus áreas de trabajo y a capacitar a sus funcionarios. Para Díaz, "la Asociación está creciendo día a día y lo que más destaco es el trabajo que hacen los más de 400 funcionarios que tiene. Si la AUF se mantuvo en pie y fuerte todos estos años fue gracias al trabajo de los funcionarios. Lamentablemente eso desde afuera quizá no se ve, y se tiene otra imagen de la Asociación".
El deporte acompañó durante toda la vida y aseguró que fue un factor fundamental para mejorar el rendimiento en el trabajo. "Hice pentatlón moderno de los 12 a los 15 años, que incluía natación, equitación, tiro, atletismo y esgrima. Después me dediqué a la esgrima hasta los 32 años y desde los 15 hasta que me retiré estuve en la selección uruguaya".
Las exigencias laborales y su forma de encarar el trabajo la obligan a tener que resignar tiempo con su familia y por momentos la situación fue difícil de manejar.
"Tengo dos hijas, una de 5 y otra de 7 años. Las veo de mañana cuando se van a la escuela y después cuando llego a mi casa a eso de 20:30, lo cual es un problema porque la más chica está durmiendo, esa es la parte más complicada del trabajo, es lo que más me duele, no poder estar presente. Por suerte mi esposo y mi familia me aguantan la cabeza aunque varias veces me plantee si valía la pena", reconoció Victoria.
"Soy muy presente con mi trabajo, estoy en todos los temas, a veces llego a casa y sigo trabajando. Creo que para que las cosas funcionen tienen que ser así", aseguró y contó que esa forma de trabajar le ha pasado alguna que otra factura: "Este año me operaron de una hernia de disco y no sé si fue por estrés o qué, pero es la profesión que elegí y lo que me gusta".
A la hora de definir la peor parte de su trabajo, la gerenta general de la AUF no tiene dudas: "Lo más estresante es manejar la parte económica. El objetivo es tener la casa ordenada y soy de las que piensan que el ahorro está en las cosas chicas, desde la luz hasta el gasto de funcionamiento".
Una de las satisfacciones más grandes en su trabajo fue cuando se inauguró la cancha de césped sintético en el Complejo Celeste. "Estuvo cuatro años parada la construcción y había que sacarla adelante porque sino FIFA no nos daba más dinero para ejecutar otros proyectos", reconoció Díaz que tomó la posta del tema a pedido de Wilmar Valdez.
"Me iba a la obra, me puse a investigar sobre suelos, drenajes. Tenía que entender dónde estaba el problema para poder sacar adelante el proyecto. Estuve todo el tiempo encima de la obra y cuando se inauguró fue una alegría inmensa. El Maestro Tabárez y Valdez reconocieron el trabajo que hicimos y eso fue hermoso porque sentís que cumpliste".
Por último recordó una anécdota que sucedió cuando era la encargada de controlar la ropa deportiva en el Complejo Celeste. "Hacía contar hasta los pares de medias, los tenía cortitos. A cada jugador les hacía firmar un papel para que quedara una constancia de la ropa que se llevaban. Un día vino un utilero con un papel que decía que tal jugador se había llevado dos pares de medias y ahí le dije que con las medias no había problema, que no se reciclaban. El tema eran las camisetas, los buzos y las camperas".
"Trabajo como nexo de la AUF ante la FIFA y Conmebol en lo referido a proyectos y desarrollo de los planes deportivos y de infraestructura", asegura Lanfranco, que desde el 2015 se desempeña como secretaria general ejecutiva de la AUF, el cargo administrativo más importante en la organización.
"Se establecen una serie de contratos por objetivos entre la AUF y FIFA donde se marcan cuáles son los programas que se van a implementar y los plazos para llevarlos a cabo", explicó Lanfranco a Referí, y destacó: "Si no cumplís con un proyecto, FIFA no te da más fondos. Todo el tiempo tenés que rendir cuentas y lograr los objetivos planteados al inicio".
A fines de 2014, FIFA le comunicó a todas las asociaciones que para seguir haciendo uso de los fondos económicos debían cumplir con ciertas obligaciones, dentro de las cuales estaba la creación de dos cargos administrativos: el de secretario general ejecutivo y el de director técnico de Desarrollo.
Fue Valdez, actual presidente de la AUF, el que le planteó a Lanfranco la posibilidad de asumir este cargo. "Al principio no era consciente de todo lo que implicaba ser secretaria general ejecutiva pero me gustó el desafío y decidí darle un vuelco a mi profesión", reconoció Lanfranco.
Al haber trabajado previamente en la Comisión Fiscal de la Asociación, Lanfranco sabía a lo que se enfrentaba. "Sabía cómo era el mundo de la AUF, tenía idea cómo se movían las cosas, con quién tenía que hablar cuando había un problema".
Lanfranco nunca se sintió discriminada por ser mujer y trabajar en un ambiente manejado habitualmente por hombres. "Seguramente al principio hubo gente a la que no le gustó mi designación, pero creo que eso pasa siempre en cualquier ámbito. Nunca sentí que hagan diferencias conmigo, es más, las puertas de la AUF me la abrieron los hombres".
Lanfranco fue una de las personas designadas para viajar a la elección del nuevo presidente de la FIFA luego de la renuncia de Joseph Blatter y el escándalo del FifaGate.
Fue en Zúrich donde Lanfranco se dio cuenta de que la presencia de una mujer en ese ambiente no era tan común como pensaba. "Fue un shock, era la única mujer de toda la Conmebol que estaba en ese lugar porque el resto de las delegaciones de las demás Asociaciones estaban integradas por hombres", aseguró. "Me cayó la ficha que no era tan normal o tan usual como pensaba, incluso la cadena Globo de Brasil se sorprendió por el hecho, dijo.
Para explicar la buena relación y el rol fundamental que cumplió Uruguay en la elección de Gianni Infantino como presidente de la FIFA, Lanfranco contó que "Wilmar trabajó un año antes de la elección con Infantino y tienen muy buena afinidad. Por algo su primer visita como presidente de la FIFA fue a Uruguay".
Por último, Lanfranco recordó cómo se vivió la elección de Infantino. "Todos los candidatos a la presidencia venían a visitarnos al hotel en los días previos para contarnos sus proyectos y pedir el apoyo. En mi escritorio aún guardo el cartel que dice 'Uruguay', que tiene escrito el nombre de nuestra delegación, la hora de la elección y el anuncio que Infantino sería el presidente antes de que lo nombraran".
En la vida de Lanfranco, el fútbol la acompañó y estuvo presente desde que era niña. "Mi padre (Walter Lanfranco) fue presidente de Wanderers en tres períodos y con 36 años fue uno de los más jóvenes en el cargo, además fundó junto a un grupo de amigos el club Yaguarí de la Liga Universitaria donde jugaron todos mis hermanos y mis sobrinos", recordó.
Lanfranco vivía en la zona de Punta Carretas y hasta el día de hoy recuerda cómo eran los fines de semana cuando era chica: "Éramos ocho hermanos, tres varones y cinco mujeres y el programa del domingo era ir con mi padre a ver a Wanderers. Ir al Parque Viera era como un paseo, mirábamos el preliminar y conocíamos a todos los jugadores" asegura Lanfranco mientras recita la alineación de la época: 'Estaba Taibo, Toja, Castelnoble...'".
Dicen que el fútbol es cosa de hombres, sin embargo en la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) los dos cargos administrativos más importantes lo ocupan dos mujeres. Una por tradición, otra por vocación, cada una con una historia personal y de vida para contar: las de Andrea Lanfranco y Victoria Díaz.
"Entré a trabajar en la AUF a los 18 años, era la secretaria de AUFI", relató Díaz, la gerenta general y contadora de la asociación.
"El área del fútbol infantil era la más relegada, arranqué bien de abajo. Cuando estaba en AUFI me acuerdo que venía Roberto Pastoriza, actual neutral del Ejecutivo, o Eduardo Belza, gerente deportivo de la AUF, a mi oficina. Ellos me vieron crecer desde chica y creo que me favoreció para llegar al cargo en el que estoy hoy", aseguró Díaz a Referí.
Juveniles, encargada de Compras, Contaduría y Tribunales fueron algunas de las áreas donde trabajó Victoria hasta llegar al lugar que ocupa hoy. "Eso me permitió conocer distintas realidades que me ayudaron a ampliar la cabeza y aprender cómo funciona cada área", reconoció.
"Éramos tres o cuatro mujeres en la AUF, muy poquitas, pero con el tiempo fueron ingresando más. Estoy acostumbrada a tratar con hombres, a esta altura ya soy uno más en las reuniones y no corre eso de que se cuidan para no decir algo porque soy mujer", relató Díaz.
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Víctoria Díaz es gerenta general y contadora de la AUF.
Reconoce que lo que más le gusta de su trabajo es que cambia todos los días y no hay tiempo para aburrirse ni rutinas a las que acostumbrarse. "Tenés mil temas, cada día sale algo nuevo y hay que estar arriba siempre", aseguró.
Desde la gestión de Sebastián Bauzá, la AUF comenzó a profesionalizar sus áreas de trabajo y a capacitar a sus funcionarios. Para Díaz, "la Asociación está creciendo día a día y lo que más destaco es el trabajo que hacen los más de 400 funcionarios que tiene. Si la AUF se mantuvo en pie y fuerte todos estos años fue gracias al trabajo de los funcionarios. Lamentablemente eso desde afuera quizá no se ve, y se tiene otra imagen de la Asociación".
El deporte acompañó durante toda la vida y aseguró que fue un factor fundamental para mejorar el rendimiento en el trabajo. "Hice pentatlón moderno de los 12 a los 15 años, que incluía natación, equitación, tiro, atletismo y esgrima. Después me dediqué a la esgrima hasta los 32 años y desde los 15 hasta que me retiré estuve en la selección uruguaya".
Las exigencias laborales y su forma de encarar el trabajo la obligan a tener que resignar tiempo con su familia y por momentos la situación fue difícil de manejar.
"Tengo dos hijas, una de 5 y otra de 7 años. Las veo de mañana cuando se van a la escuela y después cuando llego a mi casa a eso de 20:30, lo cual es un problema porque la más chica está durmiendo, esa es la parte más complicada del trabajo, es lo que más me duele, no poder estar presente. Por suerte mi esposo y mi familia me aguantan la cabeza aunque varias veces me plantee si valía la pena", reconoció Victoria.
"Soy muy presente con mi trabajo, estoy en todos los temas, a veces llego a casa y sigo trabajando. Creo que para que las cosas funcionen tienen que ser así", aseguró y contó que esa forma de trabajar le ha pasado alguna que otra factura: "Este año me operaron de una hernia de disco y no sé si fue por estrés o qué, pero es la profesión que elegí y lo que me gusta".
A la hora de definir la peor parte de su trabajo, la gerenta general de la AUF no tiene dudas: "Lo más estresante es manejar la parte económica. El objetivo es tener la casa ordenada y soy de las que piensan que el ahorro está en las cosas chicas, desde la luz hasta el gasto de funcionamiento".
Una de las satisfacciones más grandes en su trabajo fue cuando se inauguró la cancha de césped sintético en el Complejo Celeste. "Estuvo cuatro años parada la construcción y había que sacarla adelante porque sino FIFA no nos daba más dinero para ejecutar otros proyectos", reconoció Díaz que tomó la posta del tema a pedido de Wilmar Valdez.
"Me iba a la obra, me puse a investigar sobre suelos, drenajes. Tenía que entender dónde estaba el problema para poder sacar adelante el proyecto. Estuve todo el tiempo encima de la obra y cuando se inauguró fue una alegría inmensa. El Maestro Tabárez y Valdez reconocieron el trabajo que hicimos y eso fue hermoso porque sentís que cumpliste".
Por último recordó una anécdota que sucedió cuando era la encargada de controlar la ropa deportiva en el Complejo Celeste. "Hacía contar hasta los pares de medias, los tenía cortitos. A cada jugador les hacía firmar un papel para que quedara una constancia de la ropa que se llevaban. Un día vino un utilero con un papel que decía que tal jugador se había llevado dos pares de medias y ahí le dije que con las medias no había problema, que no se reciclaban. El tema eran las camisetas, los buzos y las camperas".
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Andrea Lanfranco es la secretaria general ejecutiva de la AUF.
Andrea herederó el fútbol
"Trabajo como nexo de la AUF ante la FIFA y Conmebol en lo referido a proyectos y desarrollo de los planes deportivos y de infraestructura", asegura Lanfranco, que desde el 2015 se desempeña como secretaria general ejecutiva de la AUF, el cargo administrativo más importante en la organización.
"Se establecen una serie de contratos por objetivos entre la AUF y FIFA donde se marcan cuáles son los programas que se van a implementar y los plazos para llevarlos a cabo", explicó Lanfranco a Referí, y destacó: "Si no cumplís con un proyecto, FIFA no te da más fondos. Todo el tiempo tenés que rendir cuentas y lograr los objetivos planteados al inicio".
A fines de 2014, FIFA le comunicó a todas las asociaciones que para seguir haciendo uso de los fondos económicos debían cumplir con ciertas obligaciones, dentro de las cuales estaba la creación de dos cargos administrativos: el de secretario general ejecutivo y el de director técnico de Desarrollo.
Fue Valdez, actual presidente de la AUF, el que le planteó a Lanfranco la posibilidad de asumir este cargo. "Al principio no era consciente de todo lo que implicaba ser secretaria general ejecutiva pero me gustó el desafío y decidí darle un vuelco a mi profesión", reconoció Lanfranco.
Al haber trabajado previamente en la Comisión Fiscal de la Asociación, Lanfranco sabía a lo que se enfrentaba. "Sabía cómo era el mundo de la AUF, tenía idea cómo se movían las cosas, con quién tenía que hablar cuando había un problema".
Lanfranco nunca se sintió discriminada por ser mujer y trabajar en un ambiente manejado habitualmente por hombres. "Seguramente al principio hubo gente a la que no le gustó mi designación, pero creo que eso pasa siempre en cualquier ámbito. Nunca sentí que hagan diferencias conmigo, es más, las puertas de la AUF me la abrieron los hombres".
Infantino presidente
Lanfranco fue una de las personas designadas para viajar a la elección del nuevo presidente de la FIFA luego de la renuncia de Joseph Blatter y el escándalo del FifaGate.
Fue en Zúrich donde Lanfranco se dio cuenta de que la presencia de una mujer en ese ambiente no era tan común como pensaba. "Fue un shock, era la única mujer de toda la Conmebol que estaba en ese lugar porque el resto de las delegaciones de las demás Asociaciones estaban integradas por hombres", aseguró. "Me cayó la ficha que no era tan normal o tan usual como pensaba, incluso la cadena Globo de Brasil se sorprendió por el hecho, dijo.
Para explicar la buena relación y el rol fundamental que cumplió Uruguay en la elección de Gianni Infantino como presidente de la FIFA, Lanfranco contó que "Wilmar trabajó un año antes de la elección con Infantino y tienen muy buena afinidad. Por algo su primer visita como presidente de la FIFA fue a Uruguay".
Por último, Lanfranco recordó cómo se vivió la elección de Infantino. "Todos los candidatos a la presidencia venían a visitarnos al hotel en los días previos para contarnos sus proyectos y pedir el apoyo. En mi escritorio aún guardo el cartel que dice 'Uruguay', que tiene escrito el nombre de nuestra delegación, la hora de la elección y el anuncio que Infantino sería el presidente antes de que lo nombraran".
Sentimiento bohemio
En la vida de Lanfranco, el fútbol la acompañó y estuvo presente desde que era niña. "Mi padre (Walter Lanfranco) fue presidente de Wanderers en tres períodos y con 36 años fue uno de los más jóvenes en el cargo, además fundó junto a un grupo de amigos el club Yaguarí de la Liga Universitaria donde jugaron todos mis hermanos y mis sobrinos", recordó.
Lanfranco vivía en la zona de Punta Carretas y hasta el día de hoy recuerda cómo eran los fines de semana cuando era chica: "Éramos ocho hermanos, tres varones y cinco mujeres y el programa del domingo era ir con mi padre a ver a Wanderers. Ir al Parque Viera era como un paseo, mirábamos el preliminar y conocíamos a todos los jugadores" asegura Lanfranco mientras recita la alineación de la época: 'Estaba Taibo, Toja, Castelnoble...'".
Las frases
- "La esgrima me dio muchas herramientas para estar trabajando acá, me ayudó mucho en la concentración, a controlar el temperamento, a enfocarme en varias cosas al mismo tiempo"
- "Éramos tres o cuatro mujeres en la AUF, muy poquitas, pero con el tiempo fueron ingresando más. Estoy acostumbrada a tratar con hombres, a esta altura ya soy uno más en las reuniones y no corre eso de que se cuidan para no decir algo porque soy mujer"
- "Fue un shock, era la única mujer de toda la Conmebol que estaba en ese lugar porque el resto de las delegaciones de las demás asociaciones estaban integradas por hombres"
- "El cambio de hincha a dirigente es enorme. Te cambia la perspectiva y lo sufrís más, cada partido es una angustia porque una se da cuenta que todo el esfuerzo que se hace en el club no sirve de nada si no ganás el domingo, la verdad que es una realidad que duele pero que con el tiempo aprendés a controlarlo"
