Mucho más que ir a conocer una fábrica

Una delegación compuesta por 25 personas –productores, asesores y distribuidores de diferentes zonas del país y técnicos y responsables de Tafirel en Uruguay y Paraguay– realizó un viaje a China, en cuyo marco “lo más impactante fue ver la capacidad de desarrollo de una sociedad en su máxima expresión. Tan solo tras pestañar en China surge la sensación de que algo cambió; incluso quienes viajan muy seguido dicen que de un año a otro los cambios son enormes”, comentó Juan Bonilla, ingeniero agrónomo y Gerente comercial de Tafirel Uruguay.

Los principales objetivos del viaje, todos concretados, eran visitar las principales fábricas de agroquímicos y formuladores de defensivos agrícolas utilizados en Uruguay y la región; tener un conocimiento real de China como gigante mundial; informarse sobre el intercambio productivo, comercial y cultural de las naciones asiáticas y latinoamericanas; y contrastar la realidad agrícola de China con la de la región, explicó.
Comentó que la idea “surgió de una reunión hace más de un año con uno de nuestros principales distribuidores, Barraca Erro, cuando nos preguntamos cómo hacer para que los productores vean la realidad de lo que es China y que sepan de dónde vienen los productos de excelente calidad que usan. Así surgió el viaje: llevemos a los usuarios de nuestros productos a ver dónde se hacen y a conocer por qué China será la principal potencia mundial”.

Bonilla destacó que la última noche “cenamos con el Cónsul General de Uruguay en Shanghai, Beraldo Nicola, quien nos manifestó que fuimos la tercera delegación más numerosa que visitó China después de las dos oficiales del gobierno uruguayo”.

Otro aspecto a destacar es que ese crecimiento, aunque son millones, “es ordenado, hay políticas a 50 años para cada tema: en lo comercial, industrial, económico, social y cultural. Serán la primera potencia mundial, todos trabajan tras el mismo objetivo”, dijo.

Precisó que “tienen problemas de polución, pero lo están atacando, promoviendo la instalación y reconversión de nuevas fábricas en parques industriales con servicios comunes para todas las empresas instaladas, para mantener los estándares de calidad y disminuir la polución. Y ya piensan en el traslado de los obreros para esos parques, construyendo cinco vías más de trenes bala que unirán ciudades con polos industriales”.

En ese marco, “cuando nos planteamos problemas de logística en Uruguay y miramos hacia China nos preguntamos por qué no se puede; en China no se pregunta, se hace”, expresó.
Bonilla dijo que “China es un mundo aparte que está despertando, con la instalación de las multinacionales aprendieron a ver cómo se realizan los procesos; se viene una segunda etapa dónde serán pioneros de la innovación”.

Por otra parte, “200 millones de chinos van a pasar del campo a la ciudad, entrarán en el circuito del consumismo; Uruguay –y la región– debe tener la capacidad como país agroexportador de acompañar ese desarrollo”.

Tafirel “tiene el objetivo de brindarle a los agricultores de la región un paquete de soluciones de alta calidad, innovando en el desarrollo de moléculas de máxima eficiencia y bajo impacto ambiental a un costo razonable que haga sustentable la producción agrícola para satisfacer dichos mercados”.

Un gigante que se despierta

La delegación visitó: Beijing, capital de la República Popular de China, centro político, económico, cultural y de intercambios internacionales; Nanjing, capital de la provincia Jiangsu, de importante atractivo para inversores debido a su conglomerado de parques industriales, encontrándose allí los principales proveedores de fungicidas de Tafirel; Hangzhou, capital de la provincia Zhejiang, donde están los principales proveedores de herbicidas para Tafirel; y Shanghai, la ciudad más poblada de China (más de 20 millones), centro financiero y comercial donde las principales multinacionales tiene su base, con el principal puerto del mundo y donde están los principales proveedores de insecticidas de Tafirel. China, uno de los países más pobres y cerrados al mundo, se convirtió en potencia gracias a una política económica aperturista iniciada en 1978, teniendo como impulsor mano de obra barata y abundante. Se prevé que su economía exceda a la de EEUU en menos de una década. El PBI per cápita pasó de US$ 220 en 1980 a US$ 4.930 en 2011 con una tasa de crecimiento del 8% en 2012. En 2010 el 49% de la población china era rural; para 2020 se prevé que sea el 15%. China recibe dos tercios del total de exportaciones de América Latina. Soja, lana, animales en pie, carne, madera, pescado, piedras preciosas o semipreciosas, harinas y cueros son los principales productos que Uruguay le exporta.