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Mi abuelo es un campeón: el recuerdo de los campeones del Mundialito

En enero de 1981, Eduardo De la Peña y Daniel Martínez celebraron la Copa de Oro con la frescura de la juventud y lo hacen con sus nietos
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03 de diciembre de 2016 a las 05:00
María Pía tiene 5 años. El martes vio por primera vez a su abuelo Daniel Martínez en la televisión, en un homenaje que la Intendencia de San José les brindó a los campeones de la Copa de Oro de 1980.

Visiblemente emocionada, repetía una y otra vez que el 'Tata' estaba en la TV, y para sentirse arropada en un momento tan particular, guardó en la mochila del colegio un vaso con la foto de aquel equipo del Mundialito, que poco tiempo atrás salió en una promoción, y que conserva como un tesoro.

Al día siguiente fue al colegio con el vaso, las emociones y el orgullo propio de una nieta que puede contarle a sus compañeros de clase que su abuelo es un campeón. Esa tarde, todos los compañeros de María Pía vieron, tocaron y sintieron la foto del vaso, y a cada uno les explicó la historia del "Abuelo Dani".

Manuel tiene 8 años, es el mayor de los cuatro nietos de Eduardo De la Peña. Los otros son Santiago (4), Joaquín (2) y Felipe (1). Al exvotante de Nacional no le gusta hablar de su pasado, ni detenerse en la historia. Sin embargo, el nieto repasa las fotos y los recortes de diarios, lo que queda de la comunicación cuando no tenía el vertiginoso ritmo de Internet y que muestran a su abuelo campeón a todo lo que jugó.

De La Peña, igual que Martínez, y que la mayoría de aquella generación, evitan las estridencias en sus expresiones. Le bajan los decibles a sus logros y prefiere naturalizar los éxitos. "Haber levantado la copa a los 20 años fue una recompensa increíble, pero lo que viví en estos días con mi nieta no tiene precio", manifiesta Martínez para graficar las sensaciones que por estos días, cuando un homenaje por los 35 años de la conquista de la Copa de Oro, pone a flote una de las conquistas más importantes de la historia del fútbol uruguayo.

De emoción en emoción

"Fue muy particular el reencuentro para nosotros en San José. Muy emotivo y muy especial, porque con algunos de los excompañeros hacía muchos años no nos veíamos", explica De la Peña sobre las sensaciones que experimentó cuando el martes se volvió a abrazar con aquellos con los que no se encontraba desde hacía más de 30 años.

"Si hay algo por lo que me vine feliz del festejo que se organizó fue que como dijo Rodolfo, que hacía 35 años que no nos veíamos, y el abrazo que nos dimos cada uno de nosotros me dejó claro lo que fuimos: un grupo muy unido, y que resultó clave para todo lo que se logró. Porque más allá del tiempo transcurrido y las distancias, nos extrañábamos y nos merecíamos el abrazo como el que nos dimos", puntualizó Martínez.

"Con el compromiso de todos, el compañerismo, el sacrificio y un amor propio único, recorrimos el camino. Nada de aquello fue casualidad", Daniel Martínez

"Teníamos un grupo que era maravilloso. De Peñarol, Nacional, Danubio, Wanderers. No había camiseta que nos separara, porque la selección nos unía. Dejábamos la selección y nos íbamos a los clubes y cuando nos tocaba el clásico, cada uno hacía todo para su club, pero con la celeste tirábamos para el mismo lado", destacó De la Peña.

El encuentro que se desarrolló en San José sirvió para homenajear a la selección uruguaya que logró el título en el torneo que entre diciembre de 1980 y el 10 de enero de 1981 se desarrolló en el Estadio Centenario y que reunió a los campeones del mundo hasta ese momento.

¿Cómo se visualiza el logro 35 años después? Así lo explica De la Peña: "En ese momento tenía 24 años y no nos dábamos cuenta lo que conseguíamos. Por la edad, porque en el momento no tiene la magnitud que un logro alcanza con el tiempo, y también debemos coincidir que en Uruguay no se le dio demasiada trascendencia. Sin embargo, el otro día con el homenaje que nos hicieron, repasábamos las integraciones de los planteles que jugaron el torneo, y leías nombres que formaron la más selecta nómina de figuras mundiales. Estuvieron los mejores. No vinieron las reservas. Rummenigge en Alemania, Kempes y Maradona en Argentina, Italia con el equipo campeón del mundo de 1982... personalmente fue un logro increíble. ¡Fuimos campeones de campeones! El hecho de que no se haya jugado nunca más quizás le quitó un poco de valor, porque si se hubiera desarrollado alguna otra edición o si continuara en el tiempo sin dudas tendría otra magnitud. De la misma forma que si hubieran sido campeón Argentina o Brasil, porque por su forma destacan más sus conquistas".

El camino al título

"Nada de aquello que conseguimos fue casualidad. Nos fuimos 10 días a Rocha a entrenar en triple horario. Lo que hicimos en aquella preparación fue de adelantados, porque luego fue la metodología que utilizaron todos los equipos y selecciones del mundo. A las 8 de la mañana corriendo por la playa, a las 11 trabajando en el Parque y a las 15.30 entrenando en la cancha. Desarrollamos un trabajo muy bien planificado para lograr algo muy importante", explica Martínez.

El "Abuelo" Martínez (a quien lo apodan así de toda la vida en el fútbol), trabajó en el fútbol como entrenador, hasta hace dos años en Danubio. Ahora se dedica a su comercio, un supermercado en General Flores y Carreras Nacionales.

"¿Sabés dónde se ganó el título? En San José, cuando diseñamos el sistema táctico. Después de entrenar 10 días en Rocha, concentramos un mes en San José y fue allí donde se decidió marcar al hombre, como lo hizo Nacional en la Libertadores con Mujica y Gesto. Don Roque (Máspoli) decidió consultar y hablar con quienes no habíamos jugado al hombre, como el "Indio" (Olivera), Krasouski, Ruben Paz, Venancio (Ramos) para ver si estábamos dispuestos a adaptarnos a eso. Cambiamos y trabajamos muchísimo en esos días para desarrollar el sistema táctico casi a la perfección. Con el compromiso de todos, el compañerismo, el sacrificio y un amor propio único, recorrimos el camino. Recuerdo que el compromiso y el compañerismo se veía en cada detalle: si había un error ahí estaban Rodolfo (Rodríguez), Hugo De León, De la Peña, "Chico" Moreira, Victorino, "Cascarilla" (Morales), que tenían bien aceitado el sistema porque lo habían desarrollado con éxito en Nacional, y te decían: 'Tenés que salir antes, seguirlo'. Te transmitían sus experiencias y todo eso ayudó a llegar a lo que alcanzamos".

"Tuve la suerte de estar en otros países, y un jugador de fútbol de selección no puede andar por la calle porque la gente lo para para saludarlo y sacarse una foto. Acá andan por la calle como ciudadanos comunes. Creo que nos acostumbramos a vivir entre campeones. En Argentina, en Colombia, en México, ven a los jugadores como en un nivel más elevado, aquí no", Eduardo De la Peña.

Aquella selección dirigida por Roque Máspoli y con el preparador físico Jorge Trigo encargado de poner a punto el plantel, llenó el Estadio Centenario en cada jornada y animó al público en una época muy especial del país, pues se encontraba en pleno gobierno cívico-militar.

Lograr el título en la Copa de Oro no fue tarea sencilla: primero tuvieron que tocar fondo para alcanzar la cima. La alarma sonó previo al traslado a San José. Uruguay jugaba un amistoso ante Liverpool en Belvedere y tras el partido comenzaban la concentración. "Realmente no nos salió nada esa tarde. Iban 20 minutos, Liverpool ganaba 2-0, y el profe Trigo para la práctica y antes de que llegara Maspoli -que estaba en la otra punta de la cancha- nos grita: 'Muchachos, ¡por favor, hagan algo! Dan vergüenza'. No sé qué nos pasó. La práctica terminó empatada, el resultado era lo de menos pero inquietaba el rendimiento. Llegamos a San José y quedó plasmado en el grupo la preocupación por el funcionamiento del sistema. Al otro día analizamos el tema, las razones por las que no habíamos funcionado y en ese entorno de grupo abierto en el que todos podíamos brindar opiniones, se planteó el escenario. Uno largó la idea por qué no marcar al hombre, y enseguida Máspoli lo recibió con buenos ojos y dijo: '¿Por qué no?'. Fue entonces cuando fuimos a trabajar con la convicción de que podía ser lo mejor. Entrenamos doble horario en cancha para lograr la mejor forma. Cada día estaba más aceitada y allí quedó implantado el sistema de jugar al hombre".

Después se vivió en la cancha la película conocida. Los triunfos 2-0 ante Holanda e Italia y la victoria 2-1 en la final frente a Brasil, que le otorgó el título a Uruguay en el Estadio Centenario. Conquista que aquel grupo de futbolistas celebró con singular felicidad, pero que hoy los nietos alimentan con esas emociones únicas que son capaces de transmitir a sus abuelos.

"Por favor que aparezca el del cartel"

La participación de Uruguay en la Copa de Oro de 1980 quedó grabada en una anécdota para Daniel Martínez. "Para cada partido en el Estadio veníamos en ómnibus desde San José. En el primero salió un hombre a la ruta con cartel en el que decía: 'Uruguay 2-Holanda 0'. ¡Ganamos 2-0! Al siguiente, otra vez el mismo hombre, en ese momento con un cartel que decía: 'Uruguay 2-Italia 0'. ¡Ganamos 2-0! Se venía Brasil y te podés imaginar lo que fue aquel traslado desde San José al Estadio: estábamos buscando a ese hombre, al agorero del cartel. ¿Viste cómo somos de cabalistas los futbolistas? El ómnibus avanzaba hacia Montevideo y el hombre no aparecía. Estábamos preocupados, inquietos, algunos pedía por favor que apareciera el del cartel, hasta que más adelante lo encontramos y leímos: 'Uruguay 2-Brasil 1'. La tranquilidad que sentimos en ese momento fue increíble, y quedamos convencidos que íbamos a ganar porque ese hombre no fallaba en sus pronósticos".

Los homenajeados

En el homenaje que la Intendencia de San José realizó el martes asistieron 14 de los 18 integrantes del plantel. No asistieron Hermes Moreira, vive en Estados Unidos, Jorge Siviero, en Chile, Ernesto Vargas, en España, y Hugo De León. Los futbolistas que participaron fueron Rodolfo Rodríguez (Nacional), Fernando Álvez (Peñarol), Nelson Marcenaro (Peñarol), Walter Olivera (Peñarol), Ariel Krasouski (Wanderers), Daniel Martínez (Danubio), Venancio Ramos (Peñarol), Eduardo De La Peña (Nacional), Waldemar Victorino (Nacional), Ruben Paz (Peñarol), Julio César Morales (Nacional), Víctor Diogo (Peñarol), Arsenio Luzardo (Nacional) y Jorge Barrios (Wanderers).

La Copa de Oro se disputó entre el 30 de diciembre de 1980 y 10 de enero de 1981 en el Estadio Centenario. Reunió a los campeones del mundo hasta ese momento excepto Inglaterra, que no participó. En su lugar llegó Holanda. El torneo se dividió en dos grupos y los dos ganadores de cada serie jugaron la final. Uruguay se preparó con tres amistosos en diciembre: 6-0 a Finlandia en el Tróccoli, 5-0 a Bolivia en el Campus y 4-0 a Suiza en el Tróccoli.

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