Marruecos: “caerán cabezas” por estadio que se inundó

El ministerio de Juventud y Deportes anunció anoche en un comunicado que se ha creado una comisión interministerial de investigación formada por su propio ministerio, el de Interior y el de Economía "para indagar sobre las circunstancias del deterioro del césped del complejo deportivo".

El escándalo, que se arrastra desde hace dos días, ha sido causado principalmente porque el gobierno había gastado 220 millones de dirhams (unos 19 millones de euros) en trabajos de renovación para adecuarlo precisamente a los estándares exigidos por la FIFA.

Varios medios aseguran que ya hay dos altos cargos (el secretario general del ministerio de Deportes y el director general de Deportes del mismo departamento) que han sido apartados de sus puestos

La FIFA anunció el domingo un cambio de estadio para la semifinal después de que el partido de cuartos jugado el sábado entre el Cruz Azul y el Sydney Wandereres dejara unas imágenes en las que el estadio parecía una piscina.

Al escándalo financiero se añade también el organizativo por la improvisación que revelaron las fuertes lluvias, ya que quedó en evidencia que el país organizador no disponía de medios técnicos o logísticos para evacuar aquellas cantidades de agua, más allá de varios funcionarios con enormes esponjas y cubos.

"Toda persona cuya implicación en este tema quede probada, será sancionada", promete el ministerio.

Según la página web le360.ma, los trabajos de renovación del césped de cuatro estadios (dos de Rabat, el de Marrakech y el de Agadir) habían sido confiados a la sociedad Valtech, pero a última hora el ministerio decidió retirarlos del Estadio Mulay Abdalah de Rabat por razones desconocidas