Los Teros van por completar la hazaña

Para Los Teros, clasificar al Mundial esta tarde en el partido revancha ante Estados Unidos seguiría constituyendo una hazaña, a pesar del empate 27-27 de la ida. Eso es indudable, por diferencia de nombres, de recursos y de contextos. Pero si contra todo pronóstico la serie sigue abierta es gracias a la entrega de este equipo que hoy vuelve a jugarse una finalísima. Será mucho más dura que la del Charrúa, y las chances menores. Pero como hace un sábado, el equipo ha demostrado que puede.

La diferencia con otras tantas aventuras del rugby uruguayo es que, esta vez, la hazaña está al alcance. Porque la diferencia que separa a Estados Unidos y Uruguay no es tan grande que elimine esa chance, como sí ocurriría si Los Teros enfrentaran algún top 10. Esa idea se ratificó en la ida, donde los extremos se tocaron: Las Águilas hicieron un mal partido y Los Teros uno muy bueno –no perfecto, ni mucho menos-.

Otra historia.
Claro, esta vez será mucho más difícil. Porque Uruguay ya no es local, término que adquiere un significado especial respecto a Los Teros y el Charrúa, porque los jugadores pasan allí casi más tiempo que en sus casas. No tendrán el apoyo de la gente, y todas esas cosas invisibles que cambian cuando se pasa de local visitante.

Pero además Las Águilas vendrán con la sangre en el ojo. El empate les dolió, porque digan lo que digan, venían a cerrar la serie en Montevideo. Es el mejor equipo de la historia de EEUU, con una base de jugadores titulares en la Premiership, y con recursos en todas sus líneas. Entonces, si se suma lo que se juega la USA Rugby con la clasificación (y la IRB, que tiene en EEUU el mercado más estratégico de expansión para el rugby), los estadounidenses se juegan muchísimo.

Eso los transformará en una tromba en el arranque del partido, cuando querrán salir a pasar por encima a Uruguay e imponer las condiciones del resto del partido. Será vital bancar ese primer envión, para que todo lo anterior se transforme en presión para el local. Un alerta: Las Águilas no respondieron bien a esa presión en el partido de ida.

El Juego
¿Qué puede proponer Uruguay en esta revancha? No hay misterios: lo mismo que en el partido de ida. Muchísimo tackle y amor propio, que contagie en lo mental y que en el juego enlentezca las pelotas de EEUU, para impedir que Las Águilas desarrollen velocidad de pelota. Porque si lo logran, ellos encontrarán huecos valiéndose de sus tamaños, por una cuestión física bien simple: para detener a uno de ellos hace falta dos, y hasta a veces tres jugadores uruguayos.

Uruguay debería jugar aún más que en el partido pasado, lastimando más en el juego de contraataque, y esperar que EEUU entre en esos mismos bajones mentales que permitieron el empate. ¿Es difícil que ocurra todo eso junto? ¿Extremadamente difícil. ¿Es imposible? No lo es, y no solo por cálculo estadístico ni por ilusión nacional, sino porque Uruguay ya lo supo hacer.