El regreso de Diego Aguirre a Peñarol fue sumamente conversado. En el trayecto de la negociación se generaron una serie de situaciones que fueron incomodando al entrenador. Los rumores ganaron el ambiente y si bien los dirigentes cuidaron la forma, hicieron escuchar su voz disparando que había muchos aspectos de la negociación en los cuales no estaban de acuerdo. El tema era claro: no había unanimidad.
Es que bastó que el presidente Juan Pedro Damiani pusiera el nombre de Aguirre en plena campaña electoral para que se disparara la polémica.
Y si bien existía unanimidad para su nominación como entrenador, se entendió que el oficialismo colocó al entrenador como pantalla en plena campaña.
Una vez ganada la elección por parte de Damiani se iniciaron las conversaciones. Y surgieron los primeros inconvenientes.
Mientras el oficialismo apuntaba a Diego Aguirre como el jefe de todo el aspecto futbolístico, tomando el ejemplo de Tabárez en la selección nacional, la oposición se negó de plano a esa idea. Los dirigentes consideraban que no era lo más adecuado “entregarle” el club por tres años.
El tema fue a directiva y ganó la postura de que Aguirre sería solo el técnico y que se designaría un director deportivo, cargo para el cual había tres candidatos.
La resolución se le comunicó a Diego Aguirre que aceptó el tema y no puso condiciones para su regreso.
Pero conforme el paso de los días los rumores se fueron disparando.
Se empezó a manejar con insistencia el tema de que Aguirre llevaría un porcentaje sobre las transferencias, que no estaba dispuesto a trabajar con Gonzalo De los Santos como director deportivo, que se volverían a generar diferencias con el líder del grupo y capitán del equipo Antonio Pacheco.
Hasta que se llegó al aspecto económico. Conocidos algunos detalles del salario que percibiría el DT, integrantes de la oposición pusieron el grito en el cielo y dijeron que no estaban dispuestos a firmar un contrato de esa magnitud. "Particularmente no firmo un contrato de esas características. Es demasido dinero", dijo un dirigente.
Aguirre aclaró que el tema económico nunca fue impedimento para regresar al club, pero sí lo incomodaron todos los rumores. “No me sentía cómodo saber que no tenía unanimidad para la vuelta. Sentía que estaba haciendo un gran esfuerzo para volver y no había convencimiento”, sentenció Aguirre.
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