Mirá este interactivo con las principales dificultades que sufren los jugadores, que no están acostumbrados a los 3600 metros de altura, en las distintas partes del cuerpo.
Cabeza
El factor psicológico es fundamental para jugar en estas condiciones. Por tal motivo la sanidad y el cuerpo técnico entiende conveniente hablar poco del tema. Cada jugador reacciona diferente luego del primer pique y el ahogo que se tiene.
Estómago
Jugar sobre los 3.600 metros sobre el nivel de mar puede causar náuseas, vómitos y problemas digestivos. En varias ocasiones los jugadores uruguayos llegaron al camarín vomitando.
Nariz
Otro hecho común es el sangrado por las fosas nasales producto de la presión que genera jugar acá arriba. Algunas personas, sobre los 3.600 metros de altura, presentan perdida de memoria.
Piernas
El esfuerzo físico se siente y los minutos finales de los partidos suelen ser un martirio porque el cuerpo no responde ante el desgaste generado.
Oídos
Otra de las situaciones padecidas por los uruguayos fue el sangrado de los oídos. Le sucedió entre otros a Julio Montero Castillo.
Cabeza
Aquellos jugadores que reciban un pelotazo la pueden pasar mal. Que lo diga Lembo que quedó mareado todo el partido. Scotti dijo que en una oportunidad jugó con dolor de cabeza.
Corazón
Estos partidos muchas veces se juegan más con el corazón que con la razón. Hay un estudio que dice que la altitud duplica el número de cardiopatías. Está claro que hablamos de deportistas pero de todos modos el ritmo cardíaco aumenta.
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