"Lo que sucedió está dentro de las previsiones"

La pericia balística determinó que de las armas de uno de los cinco policías emplazados por la Justicia salió la bala que mató a Álvaro Nicolás Sosa Gutiérrez, alias El Bebe, el domingo en Marconi. Los agentes declararon ante el juez que respondieron con disparos a la pedrea que recibieron cuando apresaban a ocho sospechosos de una rapiña. El juez Homero Da Costa resolvió dejarlos en libertad pero emplazados, lo que significa que están bajo indagatoria. Los policías alegaron que actuaron en legítima defensa. La investigación judicial continuará. Aún resta determinar de qué arma partió el proyectil.

El jefe de Policía de Montevideo, Diego Fernández, dijo a El Observador que la muerte del joven en Marconi se dio como “consecuencia del apriete” que viene realizando la Policía en los barrios montevideanos. “Venimos apretando y esto fue consecuencia del apriete”. Lo que sucedió “está dentro de las previsiones”, agregó.

“Hay que estar en los zapatos de los policías. Corrió riesgo su vida. La situación fue de suma tensión porque hubo disparos por ambas partes”, señaló Fernández.

Por su parte, la familia de Sosa pide justicia y destaca que el joven, un adicto a la pasta base con antecedentes penales, era inocente y estaba alejado del delito hacía años.

La madre de la víctima dijo a El Observador que le indigna que los policías hayan matado a su hijo. “Ellos tienen que hacer su trabajo, pero no tenían derecho a matar a mi hijo, porque no hizo nada, ni tenían derecho a gritarme ‘sucia’ cuando fui a buscarlo a la policlínica”, indicó.

Sindicato exige protocolo
El Sindicato Único de Policías de Uruguay (SUPU) responsabilizó a las autoridades del Ministerio del Interior y a las de la Jefatura de Policía de Montevideo de los sucesos del domingo. El secretario de Asuntos Legales del SUPU, Miguel Barrios, dijo a El Observador que los “desmanes” policiales en zonas críticas se producen porque falta un protocolo de actuación que respalde a los funcionarios policiales.

“No puede ser que dos funcionarios policiales entren a un barrio y sean apedreados. Cuando el policía se ve desbordado hay desmanes”, explicó Barrios, para quien falta un protocolo que indique que, cuando agentes de seccionales o de radio patrulla ingresan a una zona crítica, deben ser custodiados por la Guardia Republicana. Si no es así, los policías deben detener a los sospechosos y soportar, al mismo tiempo, las agresiones de familiares y vecinos.

El representante del SUPU considera que el trabajo represivo lo deben hacer policías de seccionales, comisarías o de radio patrulla, mientras que la Guardia Republicana debe contener a los vecinos y custodiar un perímetro de acción.

La Guardia Republicana tiene instrumentos adecuados para soportar las pedreas, que “se dan hace décadas” y bastante seguido en zonas como Marconi, Borro o en Cuarenta semanas, explicó Barrios. “No hay que usar solo a la Guardia Republicana cuando la cosa se cae a pedazos, sino también en otras ocasiones, para que la gente se acostumbre a verla”, agregó el sindicalista.

El domingo ingresaron a Marconi funcionarios de la seccional 12, que luego recibieron el apoyo de policías de la seccional 17 y de radio patrulla.

“Cometen excesos, porque se ven desbordados”, dijo Barrios, quien considera que se perdió mucho tiempo en la actuación y que el respaldo que le pueden dar policías de seccionales a compañeros es precario en relación al que puede dar la Guardia Republicana.

El jefe de Policía de Montevideo, dijo que “aplicar un protocolo para cada actuación policial no es práctico” y agregó que las políticas de seguridad que está desarrollando la Jefatura “van a dar resultados”.