Enviado a Buenos Aires
Más de dos horas antes del comienzo del partido entre Boca Juniors y Nacional por cuartos de final de la Copa Libertadores, llegar a La Bombonera es como atravesar un laberinto.
Unas cuatro cuadras antes ya comienza el control policial. Miles de hinchas hacen colas en la vereda, mientras que muchos policías solo permiten pasar a los vecinos del barrio o a los periodistas acreditados.
Después del primer control, solo con policías, hay otro con vallas de hierro. Y más policías. A mitad de cuadra un control con molinetes y con personas de la seguridad de Boca. En la cuadra siguiente otro corte, con vallas azules y pequeños agujeros. Prácticamente blindadas.
Hasta que por fin se llega al acceso de la prensa, no sin antes pasar por una puerta vigilada, un molinete, otra puerta vigilada, otro molinete y al final un ascensor donde se permite subir solo de a tres personas por vez.
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