Lasarte encuentra siempre las respuestas

El partido estaba cerrado. Conocedor de sus limitaciones y sobre todo de las virtudes del rival, el técnico de Plaza Colonia, Leonel Rocco, dibujó un esquema conservador para controlar a Nacional. El libreto le estaba saliendo bien, inclusive con oportunidades para arrodillar al líder del Apertura. Pero Martín Lasarte movió el banco, mandó a la cancha juntos a Martín Ligüera y Rodrigo Aguirre y un rato después al debutante Álvaro González, y la escenografía cambió en el estadio Suppici.

Los tres participaron de la jugada del gol del triunfo, pero el que sorprendió en el área fue el Tata González; a los 43 segundos de haber ingresado al campo tocó la pelota a la red. Un regreso soñado para el jugador de la selección uruguaya, el último refuerzo del campeón del Uruguayo Especial 2016.

Nacional encontró la victoria, la tercera al hilo que lo mantiene como único puntero del torneo, con el crédito que tenía en el banco. Jugadores de jerarquía, que perfectamente pueden ser titulares y que son la envidia de cualquier otro equipo del fútbol local.

Una virtud que se manifestó también en las dos fechas anteriores. En la primera frente a Juventud de Las Piedras el gol de la victoria lo marcó Kevin Ramírez, pero la asistencia fue de Ligüera minutos después de ingresar.

En la segunda, contra Danubio, el marcador adverso se dio vuelta con dos tantos de Aguirre que no había formado parte de los 11 iniciales.

Para algunos es suerte, para otros la visión del entrenador para manejar las variantes en los momentos precisos. Antecedentes tiene Lasarte sobre esto último. En el semestre pasado el mejor jugador del campeonato fue Ligüera, desnivelante entrando con los partidos en marcha.

También es un riesgo, es verdad, apostar a la categoría de estos futbolistas para abrir los partidos cerrados en los tramos finales. Hasta el momento le salió bien al DT. El tricolor suma cuatro goles en las tres fechas y todos se marcaron en los segundos tiempos.

Llegará el momento y el rival que no le permita dar vuelta el desarrollo y se hará otro análisis. Lo ideal para Lasarte sería que los jugadores que entran desde el principio sean capaces de desequilibrar, pero también los entrenadores rivales conocen el poderío de los albos y hacen todo lo posible para controlarlo.

Brian Lozano, que está ocupando el lugar del lesionado Tabaré Viudez, no logró destacarse jugando por la derecha. Kevin Ramírez jugó dos partidos fantásticos por izquierda, pero el sábado en Colonia, después de un comienzo arrollador, resultó dominado por su marcador. A Hugo Silveira le falta rugir para ser un león. Es impresionante lo que lucha, generalmente en inferioridad de condiciones. Pero le falta gol.

Sebastián Fernández, sacrificado a jugar detrás de Silveira, también deja el alma en cada pelota y en el primer tiempo frente a Plaza fue el único que disparó al arco. Dos remates fueron desviados por Washington Aguerre y el tercero rozó un caño.

Las subidas de Jorge Fucile y Alfonso Espino son otras armas con las que cuenta Nacional, pero no siempre están claros o encuentran los espacios y la asociación de sus compañeros para trascender en velocidad.

Entonces Nacional termina por momentos perdiendo la noción de la pelota bien jugada. Se arriesga con pelotazos desde atrás que pocas veces generan riesgo.

La clave es que cuenta con un plantel bien conformado, que guarda mucho de aquel que conducía Gustavo Munúa, pero que tomó la forma actual con la llegada de Lasarte. En el último período de pases apenas llegaron tres futbolistas: Alexis Rolín, que aún no debutó, Aguirre y Tata González que se reestrenó con la tricolor el sábado.

Además están Viudez, ya casi listo, y Leandro Barcia, un futbolista de vital importancia, en recuperación. El entrenador conoce el material que tiene. Su intención fue armar un grupo para competir a dos frentes. Por ahora, el crédito le alcanza liderar el Apertura.