Italia eliminada

Polideportivo > RUSIA 2018

Las tres razones del fracaso italiano

Pérdida de identidad, liga en decadencia y nacionalizaciones
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15 de noviembre de 2017 a las 05:00
"Vergüenza". "Apocalipsis". "A laburar". "Todos afuera". "El fin". Así lamentaron los medios italianos la eliminación de su selección del Mundial de Rusia 2018 consumada el lunes a manos de Suecia en repechaje. La tetracampeona mundial (1934-1938-1982-2006) lo verá por primera vez de afuera en 60 años. ¿Qué pasó?

Pérdida de identidad, un dramático descenso en la calidad de su competición interna con una superpoblación de extranjeros que conspiran contra la formación de talentos propios y el permanente recurso a nacionalizar de apuro a jugadores llevaron a Italia a este fracaso mundial.


En una conferencia de prensa en el Complejo Celeste, cierta vez, Óscar Tabárez contó esta anécdota: "El entrenador brasileño Carlos Alberto Parreira convocó a un montón de entrenadores y preparadores físicos del mundo para analizar el juego de Barcelona. Una vez terminado el análisis todos coincidían en que esa era la nueva forma de jugar al fútbol, el modelo a seguir. Cuando me consultaron yo les dije que pensaba como entrenador de Uruguay y que con nuestros recursos tenía que pensar en cómo enfrentar a ese modelo para tratar de minimizarlo y poder ganarle, pero no en imitarlo". Tabárez fue la única voz discorde de aquel encuentro.

Italia, que en Sudáfrica 2010 terminó 26ª intentando defender su título mundial de Alemania 2006, le puso fin entonces al ciclo de Marcello Lippi, entrenador de la vieja guardia, y optó por las renovadoras ideas de Cesare Prandelli, que en Fiorentina había empezado a implantar en el calcio el método Guardiola.

La llegada de Antonio Conte a Juventus, en 2011, fue el otro factor clave en la metamorfosis italiana. Juventus comenzó a jugar a lo Barcelona y se llevó por delante la Serie A con un histórico sexenio (2012-2017).

Juventus aportó siete jugadores al equipo que en la Euro 2012, disputada en Polonia y Ucrania, despachó en semis a Alemania 2-1 con doblete de Mario Balotelli pero sucumbió en la definición a manos de España que poseía el manuscrito original del método Pep: 4-0.

A eso le siguió el fracaso en Brasil 2014 consumado por aquel gol de espalda de Diego Godín, el 24 de junio en Natal, tras un tiro de esquina, que eliminó a la Azzurra del grupo D relegándola a un mediocre 22º puesto.

Ese fue el final del ciclo de Andrea Pirlo en la selección. Ejecutar el fútbol de posesión sin su presencia cerebral en el mediocampo ya no sería lo mismo.

Conte tomó ahí la selección, la llevó a la Euro 2016 donde destronó a España en octavos de final pero quedó afuera por penales contra Alemania en cuartos. Enseguida partió a Chelsea quedando en su lugar Giampiero Ventura.

Mientras tanto, el nivel de la Serie A italiana sigue barranca abajo.

De ser la liga top en la década de 1980 y el destino de los mejores jugadores del mundo (Diego Maradona, Zico, Michel Platini, Karl-Heinz Rummenigge, Michael Laudrup, Preben Elkjaer Larsen, Marco Van Basten, Ruud Gullit, Careca, Andreas Brehme, Lothar Matthaus), el calcio terminó de abrir sus fronteras en 2001 al derogar el límite de extranjeros en los equipos.

En abril del año pasado, Inter y Udinese marcaron un hito histórico: ninguno de los 22 jugadores iniciales era italiano.

Estos fueron los iniciales de aquel particular encuentro

Inter de Milán
Samir Handanovic (Eslovenia)
Jeison Murillo (Colombia)
João Miranda (Brasil)
Juan Jesús (Brasil)
Yuto Nagatomo (Japón)
Stevan Jovetic (Montenegro)
Felipe Melo (Brasil)
Geoffrey Kondogbia (Francia)
Mauro Icardi (Argentina)
Jonathan Biabiany (Francia)
Marcelo Brozovic (Croacia)
Udinese
Orestis Karnezis (Grecia)
Danilo (Brasil)
Felipe (Brasil)
Molla Wague (Mali)
Bruno (Portugal)
Emmanuel Badu (Ghana)
Zdravko Kuzmanovic (Suiza)
Edenilson (Brasil)
Silvan Widmer (Suiza)
Cyril Thereau (Francia)
Duvan Zapata (Colombia)

Pero es un hecho que las estrellas mundiales no juegan en Italia y que el nivel de la Premier League, la Liga Española y la Bundesliga está muy por encima de la Serie A.

Desde que Inter ganó la Liga de Campeones en 2009-2010, ningún equipo italiano la volvió a conquistar. Juventus llegó con sus nuevas ideas a dos finales. En 2015, contra Barcelona, defendieron con su tradicional escuela italiana y cayeron 3-1. Este año, contra Real Madrid dominaron con buen juego el primer tiempo (1-0) pero fueron aplastados en el complemento (4-1), sin posesión y sin oposición defensiva alguna.

Los Milan e Inter no le han hecho ni sombra Juventus en seis años y la comparaciones de sus planteles con las figuras que tenían hace 10 años también revelan la crisis interna del calcio.

Y eso se proyecta a la selección que a falta de insumos propios ha recurrido sistemáticamente a jugadores extranjeros para reforzarse.

Detrás del argentino Mauro Camoranesi, campeón mundial en 2006, se nacionalizaron Thiago Motta (brasileño), Pablo Daniel Osvaldo, Gabriel Paletta, Ezequiel Schelotto, Cristian Ledesma, Franco Vázquez (argentinos), Eder y Jorginho (brasileños).

Y así quedó afuera Italia. Incapaz de abrir la defensa de Suecia en 180 minutos, vulnerable en defensa. Sin saber cómo. Pero teniendo claritos sus por qué.

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