Hernán Novick

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Las tres polémicas del clásico

Hubo penales a Alonso y Zalayeta que el juez no cobró; la falta del gol de Peñarol no fue
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17 de mayo de 2015 a las 18:41

En un clásico chato, donde los dos jugaron más pensando en el arco propio que en el ajeno, y que terminaron apostando a no perder, era obvio que muchos terminarían hablando del juez. Lo habían hecho antes, para tapar el flojo rendimiento, y lo hicieron ayer.

Mucho se había hablado del arbitraje: que Darío Ubriaco estaba lesionado, que daba ventajas, que iba Andrés Cunha, que Nacional quería al primero y Peñarol al segundo.

Al final, el arbitraje no estuvo muy lejos de lo que fue el partido: Ubriaco erró, como lo hicieron los jugadores en la cancha durante buena parte de los 90 minutos.

A su favor se puede decir que controló el partido: habló lo suficiente y evitó que el encuentro se le fuera de las manos. Fue su mayor virtud. Sin embargo, falló en varias jugadas capitales. Es cierto, en todas hay que recurrir a la tecnología, y en algunas ni siquiera se puede dar un fallo definitivo. Pero lo cierto es que esas decisiones marcaron el partido.

La primera fue un penal que Nacional pide cuando iban 40 minutos. Valdez salta y estira el brazo, golpeando el rostro de Barcia. Penal, chico, pero penal. Claro, antes hay una codazo de Alonso sobre MacEachen, lo que inhabilitaría la jugada siguiente. En todo caso, Ubriaco erró por dos.

Minutos después falló fue el segundo línea, Antonio Fedorczuck: pelotazo a Alonso que se la baja a Gorga, quien habilita a Barcia que arranca en posición lícita. Offside inexistente en una chance clara.

Peñarol reclama un penal a los 56 minutos. Zalayeta baja una pelota en el área y el colombiano Valdés lo toma del hombro. Sin embargo, Nacional aduce que el delantero baja la pelota con la mano. Una de esas jugadas difíciles de dilucidar aun con el video.

Pocos minutos después Zalayeta se deja caer en el área al enganchar ante la marca de Gorga. Pudo ser amarilla.

Y después llegó la polémica del partido: a los 77’, Diogo arranca en diagonal, Porras va a marcarlo y el brasileño se deja caer. En el piso, De Pena le viene a reclamar y el brasileño se ríe. Y luego Novick se ilumina y la clava junto al palo para el empate definitivo. Además de la inexistente falta, los jugadores de Nacional reclaman que el árbitro no dio la orden para que pateara Novick, por lo que agarró mal parado a Bava. El juez le dijo a la TV que sí dio la orden.

“Lo primero que vi no me pareció foul, le dije al brasileño y me dijo ‘no me tocó’. Se pueden equivocar los jueces, no hay excusas”, dijo Carlos De Pena luego del partido.

Fue la mejor síntesis. En un partido tan parejo y tan chato, que a todos les dejó una mueca de gusto a poco, el árbitro también se equivocó. Pero ni siquiera dio como para una protesta muy elevada de los jugadores y entrenadores, que saben que también fallaron en la cancha.

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