El 6-1 de
Argentina a Paraguay produjo un interesante debate táctico. Y de alguna manera sirvió para muchos como reivindicación del defensivo planteo del equipo de
Óscar Tabárez en la derrota 1-0 por la fase de grupos.
Ramón Díaz había anunciado que no saldría a esperar al equipo de Messi, como lo había hecho en el encuentro de la serie (empate 2-2) y como han hecho todos los rivales de Argentina en esta Copa América. Y lo cumplió, con un planteo sorprendente: no salió a cambiar golpe por golpe, pero sí a ejercer una presión alta, más allá de la mitad de la cancha
Y durante 20 minutos le salió casi a la perfección. Tuvo como novedad una "jaula" zonal a Messi: cuatro jugadores a su alrededor, con una referencia de marca en Messi y otra en otro jugador. Es decir: cada jugador marcaba a dos rivales.
Eso exigía una aplicación táctica y un esfuerzo físico extremos: más de una vez esos volantes y delanteros paraguayos se tiraron al suelo para cortar pases a Messi, y lo lograron. Así los guaraníes lograron recuperar la pelota y, con menos posesión, lograr más llegadas que su rival.
Pero claro, no lo podía mantener todo el partido. Y así se le fueron dos jugadores con lesiones musculares, y el equipo entró en un bajón. Llegó a su límite y más. Entonces, la jaula empezó a desarmarse, los cierres ya no fueron exactos, y Argentina empezó a tener más espacios. Ante un rival que se cansó y se deflecó, el equipo de Martino aplastó: en el segundo tiempo encontró espacios por todos lados y le anotó cuatro goles en el segundo tiempo.
¿La solución hubiese sido el planteo defensivo del primer partido, cuando empataron 2-2? Quizás, aunque tampoco es seguro. Aquella vez Paraguay se tiró muy atrás en el primer tiempo, parecido a Uruguay. Pero Argentina le llegó tanto como ayer, al punto que su DT Martino aseguró que el partido "tranquilamente podría haber terminado 5 o 6 a 2".
¿Entonces: el planteo uruguayo fue correcto? Impuso una línea de cuatro y una de cinco ante Argentina. Tuvo referencias zonales hacia Messi, con escalonamiento de hasta dos jugadores. Ni hizo la "locura táctica" de Paraguay, por lo que le quedó libre Pastore. Y el de PSG terminó desnivelando creando varias opciones, inclusive la que terminó en gol de Agüero.
En definitiva la sensación fue clara para muchos: con Argentina jugando a este nivel, no hay sistema táctico, ni conservador ni arriesgado, que resista.