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Las buenas señales de Cuevas en Buenos Aires

Venció al colombiano Santiago Giraldo y se metió entre los 8 mejores; Ferrer o Olivo será el rival
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11 de febrero de 2016 a las 16:02
En este arranque de temporada en polvo de ladrillo, su superficie preferida en el mundo, Cuevas está entrando en calor de a poco. No mostró su mejor juego aún, pero sí algunas señales interesantes. Quizá sea la mano de su entrenador Eduardo Mancini, o quizá los partidos se han dado así. Pero tras dos encuentros en el ATP de Buenos Aires, se empieza a vislumbrar un poco de esa madurez que el mejor tenista uruguayo le planteaba a Referí como uno de sus objetivos de juego, más allá de los resultados. Hasta ahora, Cuevas ha demostrado que no necesita jugar tirando grandes golpes durante todo el partido, y jugar a extrema intensidad física y mental. Más bien –y ayudado por rivales inferiores en físico y golpes– va demostrando que puede regular en el buen sentido: no tirar una catarata de winners, no usar en exceso su revés cruzado, y en cambio aprovechar su decisivo primer saque y saber jugar con el resultado, para dejar que el rival se equivoque y sí arriesgar cuando es necesario.

Cuevas venció ayer 6-4, 6-2 al colombiano Santiago Giraldo (71° ATP) y así clasificó a los cuartos de final del ATP 250 de Buenos Aires, donde jugará hoy ante el segundo favorito, el español David Ferrer.

El partido
Cuevas trabajó todo el partido, pero de todos modos mostró diferencias con su rival. La clave estuvo en que supo aprovechar su mayor potencia y saque, para arriesgar cuando era necesario y cederle el protagonismo –y el nivel de errores– al rival, sobre todo cuando empezó a sacar ventajas en el score.

Cuevas logró el primer set con un buen juego. El saque volvió a ser determinante: ganó el 100% de los puntos con su primer servicio, aunque el problema fue el acierto, ya que solo pudo acertar el 42%.

De todos modos, el uruguayo tuvo un buen equilibrio para saber cuándo arriesgar y para ceder en otros momentos la iniciativa al colombiano, que en muchas oportunidades falló. En ese primer set, Cuevas tuvo 14 winners en ese primer set, contra 7 de su rival.

Y sobre todo, Cuevas volvió a golpear en el momento justo, el séptimo game, cuando quebró en base a un muy buen juego de devolución, entrando a la cancha y contraatacando. Se puso 4-3 y no soltó más el dominio del set, pese a que en el último game cometió dos errores no forzados, que terminó subsanando con un par de buenos primeros servicios.

En el segundo set Cuevas quebró rápido, en el primer game, aunque no pudo ratificarlo en el siguiente. De todos modos, volvió a quebrar en el tercero, empezando a marcar una tendencia: su mayor potencia le permitía tirar largo y profundo pero sin tantos ángulos, y así complicar a un Giraldo que sí tenía que arriesgar para volver a emparejar el partido. Así le quebró y se puso arriba nuevamente 2-1, aunque en el siguiente game demostraba que el saque propio le costaba más de la cuenta. De todos modos, en ese momento lo ayudaron los errores no forzados de Giraldo, para ratificar el quiebre, ponerse 3-1 y ya dejarle definitivamente las cosas muy cuesta arriba a su rival.

De hecho, el colombiano empezó a dar señales de frustración: arriesgaba y a veces acertaba, lo que mantenía el encuentro parejo. Pero cuando fallaba protestaba y caía en bajones de juego, tal como le pasó a Albert Ramos, rival del uruguayo en primera fase. Casualidad o no, la regularidad de Cuevas acompañó esos bajones mentales de sus rivales.

Bastó que en los siguientes games recuperara su saque (un par de aces para subir la cuenta a 7) y volver a conseguir otro quiebre en base a los errores de un Giraldo que arriesgaba –no tenía otra– con y sin saque para el 6-2 final.

Cuevas ya está en cuartos e igualó la actuación de hace un año (45 puntos), aunque los caprichos del calendario hagan que defienda los 250 puntos que ganó en San Pablo hace un año. Ya en cuartos seguramente podrá jugar un rato más tarde, lo que lo ayudará en lo físico para no sentir tanto el calor del verano porteño.

Hoy el nivel de exigencia subirá notoriamente, ya que enfrente (no antes de la hora 21) estará el español David Ferrer, número 6 del mundo, que no tuvo problemas para vencer a Renzo Olivo 6-2, 6-2.

Será un buen momento para ver dónde está parado Cuevas en esta temporada sobre polvo de ladrillo y, con eso, hasta dónde puede llegar.

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