Brian Lozano

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La tarde soñada de Brian Lozano

Con sus tres goles, el volante se fue ovacionado por los bolsos
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27 de marzo de 2017 a las 05:00

Martín Ligüera lo levantó por los aires, como mostrándole a todos los hinchas que ahí estaba Brian Lozano, la figura de la tarde. El 10 y símbolo del equipo albo, que en el pasado Uruguayo Especial también supo ser elevado por sus compañeros, repitió el gesto con el volante que aún no había terminando de meterse en el corazón del hincha, y que ayer, luego de sus tres golazos para el triunfo 3-0 ante Liverpool, por primera vez sintió el "Huevo, Huevo", bajando por las tribunas del Parque Viera.

El futbolista que en los últimos partidos había comenzado como titular y había sido sustituido, yéndose con cara de bronca al ver que las cosas no le salían, tuvo su gran partido en el recitno bohemio, donde los de Belvedere no le daban tregua al albo.

Martín Lasarte lo mandó a la cancha junto a Ligüera en busca de soluciones para destrabar un partido enredado.

Y vaya que le salió bien al DT. Tan solo dos minutos después, el Huevo metió un golazo de tiro libre desde larga distancia.

Con Ligüera ya tienen acordado que desde ciertos metros del arco patea uno u otro. Lozano suele hacerlo de más lejos y el 10 tricolor cuando son al borde del área.

Por eso, cuando puso la pelota en el césped, el experimentado volante se fue y lo dejó patear. Era visto que le iba a pegar directo. Tomó carrera a los Cristiano Ronaldo y le pegó de tres dedos. La pelota viboreó y De Amores no pudo reaccionar a tiempo.

Fue el primero de sus tres goles y lo gritó con todo, con mucha bronca acumulada que salió después de tanto tiempo.

No fue casualidad. Lozano ya había demostrado su particular estilo de pegarle a la pelota este año, en un amistoso de pretemporada ante Olimpia disputado en el Parque Central, donde marcó un golazo de pelota quieta.

También ayer, a los pocos minutos del primero, desde el mismo lugar, marcó otro, con la fortuna de que se desvió, subió y cayó adentro, y un rato después puso el tercero, al ángulo, pero con pelota en movimiento, para desatar la locura de los hinchas tricolores, que luego, cuando veían que el iluminado de la tarde tenía la pelota en sus pies, le pedían que pateara al arco porque parecía que todas las que tiraba iban adentro.

A los tres goles, Lozano los gritó con alma y vida y en todos los festejos tuvo muy cerca a sus compañeros.

Para Lasarte, quien dio el OK para la llegada del volante a mitad del año pasado, los goles del Huevo le dieron una nueva victoria, pero también le deben haber dejado la sensación de que el futbolista recuperó la confianza y que será útil para lo que viene

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