La sombra de Froome

La imagen perfecta de Chris Froome como deportista ya no será tan así luego de que este miércoles se confirmara que el británico, cuádruple vencedor del Tour de Francia y el mejor ciclista de los últimos años, dio positivo por un medicamento contra el asma, el salbutamol, en un control antidopaje efectuado durante la Vuelta a España 2017, que ganó.

Con el correr de las horas, su caso revolucionó al mundo del pedal y, obviamente, abrió la polémica, lo que hizo recordar épocas oscuras de ese deporte, como los dopajes de Alberto Contador o Lance Armstrong.

El ciclista del millonario equipo Sky británico, salió rápido a defenderse ni bien surgió la noticia de su control adverso. "Es sabido que tengo asma y conozco exactamente las reglas. Utilizo un inhalador para tratar los síntomas (siempre en los límites permitidos) y por supuesto sé que me controlan cada día en el que llevo el maillot de líder", afirmó.

Como manifestó, es sabido que Froome está autorizado a utilizar inhalador del medicamento conocido como Ventolín –se lo ha visto hacerlo en plena competencia-, al igual que otros deportistas. Pero su uso debe ser moderado y no pasar un límite.

La Unión Ciclista Internacional (UCI), que comunicó el caso este miércoles, indicó haberle notificado "al corredor británico Christopher Froome un Resultado de Análisis Anormal (RAA) por presencia de salbutamol en una concentración superior a 1000ng/ml -el límite permitido por la Agencia Mundial Antidopaje-".

"El análisis de la muestra B confirmó el resultado de la muestra A del corredor" del equipo Sky, precisó la UCI. Según el equipo Sky, "los análisis indican una presencia de salbutamol en una concentración de 2.000 nanogramos por mililitro (Ng-ml)". Unos valores que duplican lo permitido.

Al respecto, Froome se defendió: "Mi asma se agravó durante la Vuelta, así que seguí los consejos del médico del equipo para aumentar mis dosis de salbutamol", dijo el corredor. "Como siempre, tomé las mayores precauciones para procurar no superar la dosis permitida". agregó.

Pero su control dio adverso. De todas formas, aún no recibió sanción provisional, algo que molestó a muchos ciclistas -como al alemán Tony Martin, cuatro veces campeón mundial de contrarreloj-, quienes consideraron que el principal pedalista del mundo tiene un trato preferencial, mientras otros colegas fueron suspendidos de forma inmediata.

"Estoy totalmente furioso", escribió Martin en su página de internet. "En el caso de Christopher Froome hay claramente dos pesos, dos medidas", afirma. "Lo que ocurre aquí es inconsecuente, antitransparente, antiprofesional e injusto", agregó.

De momento, la UCI solo abrió un procedimiento contra el incontestable número 1 de las grandes vueltas, candidato en 2018 a un doblete Giro-Tour de Francia que no ha sido logrado desde hace 20 años.

El británico podría perder su victoria en la última Vuelta de España y ser suspendido. El ciclista, de 32 años, deberá ahora defenderse para justificar la alta concentración de salbutamol hallada en su orina.

Froome reconoció este jueves que ya empezó a colaborar con la UCI para informar cómo utiliza el inhalador. "Yo conozco las reglas. Conozco cuales son los límites y nunca los rompí", admitió el ciclista, que, pase lo que pase, ya tiene una sombra sobre él.