¿La selección mayor puede jugar "lindo"?

A la solidez defensiva con Santiago Mele desde el arco y una línea final que se recita de memoria (José Luis Rodríguez, Agustín Rogel, Santiago Bueno y Mathías Olivera), Uruguay explota como nunca antes una zona medular que, sin negociar el esfuerzo, es rica desde lo técnico y cuenta con recursos que invitan al aplauso.

Con Rodrigo Bentancur y Federico Valverde como atracciones, con la inteligencia de Facundo Waller y Carlos Benavídez para administrar esfuerzo y la claridad en los últimos metros de jugadores claves como Nicolás De La Cruz, Nicolás Schiappacasse y Rodrigo Amaral, esta selección invita a soñar.

Walter Coelho, Nicolás Rotundo, Mauricio Larriera y Raúl Ferro analizaron para Referí las fortalezas de este equipo y sacaron diferentes conclusiones.

"Me gusta mucho esta selección y en este tipo de torneos siempre se arranca de menos a más. El dilema de jugar 'lindo' o jugar bien creo que es subjetivo. A mí me gusta jugar bien y entiendo por eso generar la mayor cantidad de situaciones de gol y que te generen las menos posibles", dijo Fabián Coelho.

El exvolante de Nacional, integrante de la selección de Malasia 1997, destaca a dos jugadores por encima del resto: "Me gusta que el equipo tenga potencial con la pelota y creo que hay dos jugadores que son claves porque son los más completos: Rodrigo Bentancur y Nicolás de La Cruz. Otro punto son los laterales. En el fútbol de hoy no se puede jugar sin laterales ofensivos y Uruguay los tiene, con más juego por el lado de Mathías Olivera, pero con despliegue por las dos bandas. Incluso tiene a Matías Viña en el banco que en el Sudamericano hizo goles importantes".

Nicolás Rotundo considera que el liderazgo del equipo pasa por Federico Valverde: "Vi a un equipo armado, que tiene siempre juntas a las líneas, que corre mucho y que tiene una calidad de jugadores impresionante. El que hace la diferencia es Federico Valverde. El Pájaro no parece la edad que tiene, juega como si tuviera 30 años, resuelve fácil las situaciones complicadas".

Consultado sobre si la misma propuesta de juego ofensivo y circulación de balón se puede aplicar en el primer equipo, Rotundo dijo sostiene que el cambio cultural será complejo: "El uruguayo por idiosincrasia es un fútbol vertical, no tenemos la pelota y cuando Uruguay tiene la posesión mucho tiempo la gente se pone nerviosa. Es difícil trazar una línea entre jugar bien o jugar 'lindo'. A mí me gustan los equipos que tratan bien la pelota y que obtienen el resultado. Ganar es vital para el uruguayo, que siempre mira el resultado final".

Raúl Ferro reparte los elogios en forma grupal y destaca a esta selección por encima del resto: "Este es un equipo que sale a proponer en los partidos y se apoya en una dinámica que en el resto de las selecciones no se veía. Es una selección sólida defensivamente como todas las uruguayas, pero también tiene peso en el área rival y un mediocampo como hace años no se ve. Me gustan los futbolistas que les gustan a todos, pero destaco a Waller, Benavídez, Mele y Canobbio. Los corren a todos y Mele da una seguridad bárbara".

El volante con pasado en Nacional y en el fútbol de México y Argentina, cree que en el salto a la selección mayor será difícil mantener la idea: "El tema es como asimilar la idea con todas las presiones de la selección mayor. En el Estadio Centenario, perdiendo por Eliminatorias, no creo que el equipo salga jugando por abajo".

Mauricio Larriera tiene otra visión, destaca la versatilidad del equipo para mutar estructuras y pondera la intención de jugar con la pelota sin renegar del esfuerzo: "Esta selección se introduce en aspectos del juego que no estamos acostumbrados a ingresar en Uruguay. Es un equipo que complementa la entrega con otras valencias que tienen que ver con la construcción del juego y el ataque. Tiene una posesión trascendente de la pelota, la tiene para construir y hacer daño y por eso el equilibrio es notable. Armó un plantel rico con un buen sustento defensivo".

Esta selección se anima a jugar, divide la pelota como último recurso, nunca como el primero, y goza de un automatismo clave a la hora de las transiciones y los relevos: "Cuando tienen que defender lo hacen todos. En este esquema es clave. En algunos casos arriesgaron más de la cuenta al salir por abajo pero en la mayor cantidad de acciones de juego que inician en la zona final fueron muy precisos".

A la hora de sostener el juego, Larriera considera clave a dos jugadores de su paladar: "Hay un tema de gustos. Yo tengo preferencia por determinadas características, por eso considero que el corazón del equipo son Bentancur y Valverde. Hay chispazos colectivos y los chicos que juegan como delanteros tienen un gran compromiso para ser ambivalentes y dar una mano en la parte defensiva. Como pasa con Cavani y ese espejo es positivo".