La savia nueva empuja

El miércoles 26 de setiembre, Danubio le ganó 3-2 a Wanderers en Jardines un partido atrasado por el torneo de Tercera división, con un gol en la hora que fue generado, desde la recuperación del balón hasta la asistencia, por un pibe de 17 años, llamado Emiliano Pessoa, que juega como volante, es derecho y tiene edad de Quinta división. Esa tarde estuvo en la tribuna el entrenador franjeado, Juan Ramón Carrasco, que andaba buscando talentos para el plantel principal. Apenas terminado el partido, JR se acercó al héroe de esa tarde y le dijo que al otro día lo esperaba en la práctica de Primera. Hasta ese momento, Pessoa nunca había entrenado con el primer equipo, porque tenía edad de Quinta. De pronto todo sobrevino en cataratas, entrenó con Carrasco, quedó en el plantel, concentró el sábado con el equipo y el domingo fue el primer cambio realizado por JR.

Eso es Danubio, que con la fuerza de la juventud que surge de su cantera y la propuesta de Carrasco intenta abrirse camino en el fútbol uruguayo. Hace una semana empató 0-0 con Peñarol en Jardines y mañana se planta frente a otro de los rivales más difíciles y experientes, Nacional.

Allá irá al Parque Central a intentar hacer historia frente a uno de los equipos mejor conformados en el torneo local. Y lo hará con Salvador Ichazo, Emiliano Velázquez, Fabricio Formiliano, Gianni Rodríguez y Ángel Cayetano, que jugarán por primera vez ante Nacional por el Uruguayo en el Parque Central, con todo lo que ello implica.
“Genera expectativas, pero estamos muy confiados en el trabajo que estamos haciendo. En los primeros cuatro partidos recibimos 10 goles y en los dos últimos ninguno”, explica Velázquez a El Observador.

Alguien podrá decir que Nacional también tiene futbolistas jóvenes (ver cuadro), y le asistirá la razón, pero los de 20 años de Nacional, como el caso de Adrián Luna, ya tienen experiencia en Europa y la madurez de haber actuado durante dos temporadas en el fútbol español.

Los veinteañeros franjeados todavía no salieron de fronteras, más allá del recorrido que tuvieron en las selecciones juveniles.

De todas formas, tantas diferencias entre albos y albinegros no son un drama para los franjeados. “En la charla previa al partido con Peñarol, Carrasco nos dijo que más allá de lo que podían tener ellos y lo que teníamos nosotros, era un partido de fútbol y que no teníamos que complicarnos la cabeza. Y nos dio algunas indicaciones que fueron claves: nos pidió que no fuéramos al salto con los delanteros, porque quedábamos en desventaja, y pidió que los esperáramos. Así lo hicimos y nos fue muy bien”, manifestó Velázquez.

Después del partido con Peñarol, Carrasco se acercó a los defensas y los felicitó. Y para los pibes fue el mejor mensaje que pudieron escuchar después de un gran partido. Todavía se le escucha hablar con efusividad a Velázquez, que fue la figura de ese encuentro. “Pero también nos dijo que lo difícil no es llegar sino mantenerse”, explicó el zaguero.