Luis Suárez ya cumplió el máximo objetivo de su vida deportiva: ponerse la camiseta de Barcelona, el equipo donde siempre deseó estar, y llevar en su espalda el 9, el mítico número que vistieron varios ídolos que dejaron su huella en el Camp Nou, así como otros que pasaron sin pena ni gloria por la institución catalana.
Ahora, el uruguayo tiene en sus pies el desafío de marcar su nombre en el selecto club de las estrellas blaugranas y en el corazón de los hinchas, o, de lo contrario, que su sueño se convierta en pesadilla.
En cada partido, Suárez lleva el peso de cargar la 9 del Barça, una camiseta y una posición que desde los inicios tuvo a figuras como Joan Gamper, el fundador el club, que se destacaba por su goles; o Paulino Alcántara, el primer ídolo culé, cuyo récord de 369 tantos anotados entre 1912 y 1927 fue superado recientemente por el argentino Lionel Messi.
La danza de nueves que marcaron época en el Camp Nou continuó con el húngaro Ladisalo Kubala, el holandés Johan Cruyff, el austríaco Hans Krankl y el español Quini. Más acá en el tiempo, Ronaldo, el Fenómeno, explotó su potencia con la camiseta blaugrana, que luego se desvalorizó con jugadores como el holandés Patrick Kluivert o el brasileño Sonny Anderson.
El falso 9
Suárez, un 9 al que el fútbol europeo, y principalmente su último período en Liverpool de Inglaterra, ha convertido en un delantero completo, se ha tenido que adaptar al estilo del Barcelona de Messi, quien se mueve como nueve o falso nueve, lo que llevó al uruguayo a una de las bandas.
Fue Cruyff quien impuso ese estilo, sin 9, en su llegada a Barcelona en 1987. Y el primero en padecerlo fue el inglés Gary Lineker, el delantero goleador de México 1986, que no pudo acoplarse al sistema del holandés y dejó el equipo por la puerta de atrás.
En los últimos años, fue Pep Guardiola quien calcó el ataque con falso nueve, con Messi en esa posición fantasma. Eso llevó a que varias estrellas se fueran eclipsadas por el crack argentino. Así pasaron el camerunés Samuel Eto’o, quizá el último 9 natural que brilló en el Barça, el sueco Zlatan Ibrahimovic, el español David Villa y el chileno Alexis Sánchez. Barcelona ataca sin puntas en los papeles, pero en la práctica llega con cuatro o cinco, siempre con Messi como centro del universo.
En sus primeros encuentros en Barcelona, Suárez se ha destacado más por sus asistencias y entrega, que por sus goles, lo que todos esperan de él, pero que en estos partidos han estado a cargo de Messi, en un gran nivel.
“No me preocupa no marcar goles si el equipo está bien”, ha reiterado el uruguayo tras varios partidos sin anotar. Pese a su sequía goleadora, no pierde la calma. El salteño parece tener asumido su nuevo rol, como socio colaborador del argentino, y desde esa función buscará meterse en el corazón de los blaugranas, quienes además de lujos, quieren que sus jugadores dejen todo en la cancha.
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