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La nueva celeste: las variantes que planteó Tabárez
El banco de pruebas dejó algunas señales: del 4-2-3-1 del inicio al 4-4-2 del final
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11 de noviembre de 2017 a las 05:00
En tiempos de ensayo para el Mundial de Rusia 2018, Tabárez probó en el mismo partido en Polonia con la versión antigua y moderna de la selección.
La que le permitió grandes logros hasta las últimas Eliminatorias (clasificó directo), y la que proyecta para el torneo del año próximo, que juega mirando el arco rival y se despreocupa por el que defienden Muslera o Martín Silva.
Un mediocampo fluido: lo bueno y lo malo
La nueva versión de Uruguay, que Tabárez comenzó a desplegar en el campo en los últimos partidos de las Eliminatorias y extendió ayer en Polonia, plantea una selección de propuesta: en el primer tiempo tuvo 63% de posesión, jugó mirando el arco rival y manejó la pelota. Bentancur y Vecino filtraron el juego polaco y entregaron bien el balón. Esa proyección en el campo, con buen pie, la continuaron Nández, Pereiro (a las espaldas de Cavani) y De Arrascaeta, más los laterales (Gastón Silva y Varela) que tuvieron gran protagonismo en ofensiva. La sorpresa la brindó Gastón Silva, con remates desde afuera y ofreció las mejores opciones de ataque de la celeste.
Un equipo anunciado: sin sorpresas
En el segundo tiempo, cuando Tabárez mandó a la cancha a Cebolla Rodríguez por Pereiro a los 59', la selección se paró con el viejo sistema: 4-2-2-2. el doble cinco con Vecino y Bentancur, Nández abierto por derecha y Cebolla por izquierda, con De Arrascaeta como compañero en ofensiva de Cavani. Después de la expresión futbolística del primer tiempo, fue como volver a la prehistoria. De todas formas, el partido ya se había apagado antes. Abrir el fútbol con velocidad por las bandas es una buena opción ofensiva, porque permite a Uruguay llegar al fondo y poner pelotas para que los delanteros desequilibren.
El estreno de Maxi
El nuevo Suárez apareció en escena en el segundo tiempo, para jugar los últimos 16 minutos. Poco pudo aportar en un partido que se había apagado. Apareció junto a Cavani en el ataque. Con sus diagonales hacia el arco, con su potencia dentro del área y con ese olfato goleador que lo hizo destacarse en el fútbol español, tras triunfar en Defensor Sporting, surge como una opción válida en ofensiva. El que perdió lugar en el equipo es Carlos Sánchez, que ingresó por Nández en el final. Sigue teniendo a su favor el valor agregado en las pelotas quietas, pero quedó relegado frente al volante de Boca Juniors.
¡Ay, qué problema!
La nueva propuesta futbolística de Uruguay es ideal para los líricos, que quieren ver fútbol-espectáculo, pero plantear el juego desde ese lugar lleva a asumir riesgos que pueden transformarse en un dolor de cabeza. Sucedió en el primer tiempo, cuando Polonia presionó la salida del doble cinco de Uruguay (Vecino-Bentancur), robó pelotas y los delanteros europeos quedaron cara a cara con los zagueros uruguayos. Ayer no pasó nada, pero será un aspecto de la propuesta que esta selección deberá aceitar muy bien, porque ese fútbol que luce tan lindo puede devolver una mirada perversa, con efectos impensados.
