Cuando se construye una muralla basada en el convencimiento de los hombres no hay táctica que pueda derribarla. Cuando los encargados de librar la batalla entienden la táctica, no habrá forma de vulnerarlos. Y cuando los intérpretes están convencidos de lo que tienen que llevar adelante, nada podrá derribarlos.
Uruguay se chocó contra un muro. Fue, buscó, intentó por arriba, por abajo, con cambios y con los peligrosos remates libres de Gastón Ramírez, pero no hubo forma. Senegal fue una muralla contra la cual se estrelló. El equipo celeste no tuvo manera de vulnerar las dos líneas de cuatro con que lo esperó el elenco africano que muy pronto en el partido se quedó con uno menos.
Uruguay repitió parte del libreto del pasado partido contra Emiratos Árabes. Salió con línea de cuatro en el fondo, dos volantes de marca, tres para generar juego y tapar las bandas y un solo punta.
Las pautas del partido quedaron claramente establecidas desde el inicio. Senegal se apoderó de la pelota y comenzó a ir sobre el arco de Campaña.
Uruguay padeció los mismos problemas que en el debut. No agarraba la pelota y la zona izquierda era una invitación al ataque. El gol no tardó en llegar. A los 10 el elenco africano se puso en ventaja. Cinco minutos después el técnico Tabárez brindaba la primera señal: rotó a los laterales. Ramón Arias para la izquierda y Emiliano Albín al lado opuesto. Y si bien mejoró un poco, se sufrió toda la tarde por las bandas.
Al equipo le costó despertar. Y no pudo aprovechar su cuarto de hora, ese que se generó cuando el rival quedó con 10 por la expulsión de Ba. Sobre el cierre del primer tiempo Senegal llegó al segundo gol y la empresa se puso más compleja.
Hora de atacar
En el entretiempo Tabárez dejó de lado la postura de espera y mandó a Abel Hernández al campo en lugar de Maximiliano Calzada. El equipo quedó con un solo jugador para contener en zona media y pasó a tener un tercer hombre en punta. Ramírez bajó unos metros para que pudiera lanzar a los delanteros. Por afuera jugaron Nicolás Lodeiro y Cavani cuando se retrasó. Pero no hubo caso. Hasta la mala fortuna estuvo contra Uruguay. Todas las alternativas que presentaba Uruguay fueron bien resueltas por los africanos.
A los 71 minutos Tabárez mandó a la cancha a Urretaviscaya en lugar de Emiliano Albín y pasó a defender con línea de tres. No había espacios para muchas alternativas, tenía que arriesgar.
Senegal, pese a tener un hombre de menos, cerró todos los caminos. Desde la expulsión del zaguero Ba, el volante Kouyate ocupó la zona defensiva y fue un león.
A 11 del final Tabárez intentó sacudir nuevamente la estructura con el ingreso de Tabaré Viudez pero no hubo forma. Uruguay se fue muriendo en su inoperancia.
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