La mancha del marketing

Los contratos que suscribieron la Conmebol y varias empresas de marketing deportivo, investigadas por la Justicia de Estados Unidos en el marco del escándalo de corrupción en la FIFA, fueron la causa del allanamiento a la sede de la matriz del fútbol sudamericano en Asunción.

Por espacio de 10 horas, una comitiva fiscal y policial allanó las oficinas de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) a pedido del Departamento de Justicia estadounidense, y se incautó numerosa documentación que data de 1991 a 2015, revelaron el viernes fuentes del Ministerio Público paraguayo.

"El meollo de toda la cuestión son los contratos entre la Conmebol y las compañías de marketing", explicó en conferencia de prensa el fiscal Hernán Galeano, de la unidad especializada en lavado de dinero y financiamiento del terrorismo.

"Son numerosas las documentaciones incautadas, van desde 1991 hasta el 2015. Entre ellos, están los contratos de la Conmebol con las compañías de marketing de la Copa Libertadores de América y la Copa América", expresó.

Entre los papeles sobresalen, además de los contratos, actas de reuniones del comité ejecutivo, estatutos, reglamentos y copias de equipos informáticos de las oficinas, agregó el fiscal.

"Se realizó el registro de todas las dependencias de la Conmebol, entre ellas las oficinas de la tesorería, finanzas, secretaría general y presidencia", señaló Galeano.

El fiscal Federico Espinoza, de la unidad especializada en delitos económicos y anticorrupción, también presente en el allanamiento, aclaró por su parte que el código penal paraguayo no contempla la figura de "soborno privado", que en este caso persigue la fiscalía estadounidense.

La Conmebol se encuentra inmersa en un escándalo de corrupción que ha puesto tras las rejas a13 altos jerarcas del fútbol de la región, entre ellos sus tres últimos expresidentes, el paraguayo Nicolás Leoz, el uruguayo Eugenio Figueredo y el también paraguayo Juan Ángel Napout.

Leoz, de 87 años y con prisión domiciliaria desde junio pasado, fue titular de la Conmebol 27 años, desde 1986 a 2013, y Napout, de 57 años y en libertad condicional en Estados Unidos tras ser extraditado desde Suiza, donde fue capturado en diciembre, presidió la Conmebol entre marzo y diciembre de 2015.

En la transición fue presidente el uruguayo Eugenio Figueredo, también enjuiciado por Estados Unidos y recluido en la cárcel Central de Montevideo tras ser detenido en Zúrich en mayo pasado y a la espera de ser trasladado a prisión domiciliaria.

La misma medida judicial fue expedida contra cinco dueños de empresas de marketing deportivo: los argentinos Alejandro Burzaco (director ejecutivo de Torneos y Competencias), Hugo y Mariano Jinkis (titulares de Full Play), el argentino-brasileño José Margulies, conocido como José Lázaro (director ejecutivo de Valente Corp. y Somerton Ltd.) y el estadounidense Aaron Davidson (presidente de Traffic Sports USA).

Estados Unidos los acusa de crear y poner en marcha un multimillonario esquema de corrupción que incluye, entre otros delitos, pagos de sobornos por millones de dólares para vender derechos de televisación y comercialización de torneos y amistosos internacionales, utilizando el sistema financiero de ese país.

Entre los investigados también figuran José María Marín (Brasil, en libertad condicional en Estados Unidos), Rafael Esquivel (Venezuela, preso), Carlos Chávez (Bolivia, preso), Napout (Paraguay, en libertad condicional en Estados Unidos), Luis Chiriboga (Ecuador, preso), Manuel Burga (Perú, preso), Luis Bedoya (Colombia, libertad condicional en Estados Unidos), Sergio Jadue (Chile, en libertad condicional en Estados Unidos).

La sede de la Conmebol tenía inmunidad diplomática desde 1992, privilegio que le fue retirado en junio de 2015, un mes después de la detención en Zúrich de varios dirigentes de la región durante un congreso de la FIFA.

En dicho congreso fue reelegido pese al escándalo Joseph Blatter, quien fue suspendido en diciembre pasado por ocho años.

La cámara de resolución de la Comisión de Ética de la FIFA se limitó a anunciar que Blatter había aceptado los cargos de "abuso de confianza", "conflicto de intereses" y "gestión desleal" y comunicó la suspensión.