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La maldición de Sevilla

La baja de Cristóforo se suma a los casos de uruguayos que la pasaron mal en el club producto de accidentes de tránsito, lesiones que truncaron carreras y hasta una pelea en un boliche
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19 de marzo de 2014 a las 10:42

Tengo una cajita con un montón de recortes de periódicos y un montón de cosas que iba guardando cuando estaba en Sevilla. El otro día lo abrí. Mi hijo, el que tiene 10 años, me lo pedía desde hace un tiempo. Qué raro se me hizo…”.

La memoria de Inti Podestá se transportó en el tiempo en charla con ABC. El club había contratado al volante uruguayo Sebastián Cristóforo al que muchos mencionaban como el nuevo Inti.

Para los sevillistas, Podestá es un grato recuerdo. Estuvo en el club de 1999 a 2004 y nadie olvida su entrega. Pero acaso la imagen más gratificante que dejó fue su eterna lucha para pelear contra una lesión de rodilla que lo terminó radiando de la actividad.

Y mire lo que son las cosas del destino. Sebastián Cristóforo llegó en 2013 a Sevilla luego de su pasaje por la sub 20 de Uruguay, el mismo camino que recorrió Inti, y cuando disfrutaba en el equipo se rompió el ligamento cruzado de la rodilla izquierda. Fue operado y deberá permanecer seis meses afuera.

¿A qué viene la historia? A que parece mentira, pero la mayor parte de los uruguayos que pasó por Sevilla parece haber sido tocado por una especie de maldición digna de un cuento.

Peirano y Nadal

En el año 1984, el delantero Miguel Peirano se transformaba en la única incorporación de Sevilla. Luego de arduas negociaciones porque el delantero era pretendido por varios clubes de Europa, llegó al club. A su arribo declaró que era “un jugador técnico”, que estaba “en forma y deseando agradar al entrenador”. A poco de llegar lo hicieron debutar en un torneo de verano, en que marcó un gol. Pero en la liga española apareció en la séptima fecha porque no llegaba su consentimiento.

La expectativa generada en el Sánchez Pizjuán se derrumbó a la media hora de juego, cuando lo expulsaron. Era octubre de 1984 y Peirano no volvió a jugar hasta enero de 1985.

Pese a la experiencia con Peirano, Sevilla volvió a apostar por uruguayos. Amaro Carlos Nadal deslumbraba en Colombia y lo incorporaron. Claro que nadie se percató de que habían contratado a un futbolista con hepatitis. El 9, que jugaba en la selección uruguaya y llegó al club a mediados de año, no se pudo afirmar nunca en Sevilla, club en el cual recién pudo debutar en octubre. Por lo que su suerte estaba echada.

En el verano de 1999, tres jugadores uruguayos que militaban en Sevilla se vieron involucrados en un incidente conocido como “el caso Birdie”. ¿Qué pasó? Resulta que Marcelo Zalayeta, Nicolás Olivera, Tabaré Silva y Marcelo Otero tuvieron un incidente y todos terminaron en la Justicia.

En horas de la madrugada, los cuatros jugadores salían de la disco Birdie cuando se produjo el problema. La denuncia revelaba que “Olivera se dirigió a uno de los jóvenes a gritos. La situación se fue agravando y los dos grupos salieron del interior de la discoteca Birdie. Una vez allí, siempre según los denunciantes, Otero tiró de un puñetazo al suelo a uno de ellos y, junto a Olivera y Zalayeta, lo pateó. El uruguayo Tabaré, que también estaba en la discoteca, trató de pacificar ánimos”.

Pocas horas después, los jugadores entrenaron y luego fueron trasladados al juzgado. En el club se informó que los agredidos se metieron con las dos mujeres que acompañaban a los jugadores.

El 20 de marzo de 2002, Olivera, Zalayeta y Otero fueron condenados a pagar multas por el delito de lesiones. Nicolás Olivera se quedó un tiempo más en el club y fue idolatrado. Pero el romance terminó mal. Es que cuando se tuvo que renovar el contrato los representantes del jugador anunciaban tener ofertas pero Olivera terminó en Valladolid.

Para la temporada 1999/2000, Sevilla incorporó a Gerardo Rabajda que apenas jugó dos partidos de liga, uno de ellos contra Barcelona, y dos de la Copa del Rey.

El exgolero terminó acusando a todos de un complot contra los uruguayos y se podrán imaginar cuál fue su suerte.

Inti Podestá se ganó el cariño de la gente, pero no pudo evitar la maldición de Sevilla. El 7 de noviembre de 1999, en el empate sin goles de Sevilla con Athletic Bilbao empezaron sus problemas de rodilla que terminaron con su retiro. Fueron tres años de padecimientos, de levantarse y volver a caer, de continuas infiltraciones. Hasta que en julio de 2004, con 26 años, anunció su retiro.

La maldición de Sevilla parece permanecer al paso del tiempo y ahora se ensañó con Sebastián Cristóforo.

Accidentes

Germán Hornos y Darío Silva fueron presentados juntos en el club. Y curiosamente los dos sufrieron terribles accidentes de tránsito. Hornos estuvo al borde de la muerte. Darío padeció la amputación de una pierna. Hace unos años el club le realizó un homenaje.

Lesiones

Javier Chevantón fue otro que se puso la blusa blanca. El 6 de marzo de 2009 fue operado de una lesión de rodilla y estuvo meses sin jugar. Federico Magallanes llegó en 2004 y se lesionó en el bíceps femoral en un entrenamiento.

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