Andrés Zamora

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La maldición de la maratón

Los signos de la tragedia que se asomaron detrás de algunos héroes de la prueba madre de los Juegos Olímpicos
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21 de agosto de 2016 a las 05:00

El primer ganador de la prueba, en 1896, fue el griego Spiridon Louis, un aguatero al que el rey Jorge I le pidió qué quería como premio al convertirse en el héroe de los helénicos. Louis solo pidió un burro para cargar el agua y así abandonó el deporte para trabajar después en el campo.

Enviado a Río
Accidentes de tránsito, suicidios, alcoholismo, pobreza y muerte. Estas palabras están misteriosamente asociadas a la maratón de los Juegos Olímpicos, la prueba madre que hoy se disputará entre los hombres desde la hora 9.30 con punto de llegada y salida en el Sambódromo de Río de Janeiro.

Las tragedias comenzaron después, cuando el argelino Boughéra El Ouafi ganó en Ámsterdam 1928 la medalla de oro para Francia que había hecho de la nación africana una de sus colonias.

Tras ser invitado a una gira por Estados Unidos perdió su rango amateur y debió retirarse del deporte -las reglas olímpicas de entonces impedían a los deportistas recibir cualquier tipo de remuneración por sus prácticas deportivas- en su regreso a Argelia. Treinta años después se supo que vivía en la extrema pobreza y entregado al alcohol.

El 18 de octubre de 1959, fue asesinado por integrantes del Frente de Liberación Nacional de Argelia -que luchaban por su independencia de Francia- al rehusarse de unirse a su causa.

Argentina tuvo dos campeones olímpicos en la prueba, Juan Carlos Zabala en Los Ángeles 1932 y Delfos Cabrera en Londres 1948.

Cabrera falleció trágicamente a los 62 años el 2 de agosto de 1981 tras sufrir un accidente de tránsito en la ruta cuando regresaba de un homenaje que le realizaron en la ciudad de Lincoln, provincia de Buenos Aires.

Emil Zatopek, oro en Helsinki 1952, apoyó la Primavera de Praga en 1968 y sufrió una dura reaación de parte del régimen comunista de Checoslovaquia y terminó trabajando como barrendero. En el libro Correr del francés Jean Echenoz se narran con gran maestría todas las peripecias vividas por la Locomotora que corría como si tuviera escorpiones en su calzado, según las palabras del escritor.

El maratonista que cambió el norte de la prueba fue el etíope Abebe Bikila que en Roma 1960 ganó el oro corriendo descalzo, récord mundial incluido. En 1969, tras revalidar su oro en Tokio 1964, ya con calzado, sufrió un accidente de tránsito que lo dejó en silla de ruedas hasta fallecer en 1971 con 41 años.

En Tokio el bronce fue el local Kokichi Tsuburaya quien quedó tercero tras entrar en segundo lugar al estadio lo que lo sumió en una depresión que solo pretendió curar ganando el oro en México. El problema fue que tras una dura preparación se lesionó en la espalda y cuando retomó los entrenamientos el cuerpo no le respondió. En enero de 1968 se cortó la carótida con una hoja de afeitar aferrado a la medalla de bronce ganada en Tokio.

El sucesor de Bikila fue Mamo Wolde, etíope oro en México 1968, que en 1993 fue encarcelado bajo la acusación de haber participado en el crimen de un opositor durante la dictadura de Mengistu Haile Mariam (1977-1991). Recién en 2002 recuperó la libertad falleciendo unos meses después.

El encargado de encender la antorcha en estos Juegos, Vanderlei Cordeiro de Lima, sufrió una tragedia deportiva en Atenas 2004 cuando lideraba la maratón hasta que en el kilómetro 36 fue detenido por un exsacerdote irlandés que determinó que quedara en el tercer lugar.

Por último, el actual dueño del récord olímpico (2.06.32), el keniata Samuel Wanjiru, oro en Beijing 2008, se mató el 15 de mayo de 2011 al ser encontrado por su esposa en accionar infiel tras lo cual decidió tirarse por el balcón. En lugar de salir corriendo. Cosas que solo le pasan a los maratonistas.


Uruguay hace historia

En Río, Uruguay correrá con la misma cantidad de deportistas que han participado en la maratón olímpica a lo largo de la historia: tres. Los mellizos Martín y Nicolás Cuestas y Andrés Zamora quien sigue los pasos de su padre, Nelson, el primero en correr la prueba en Barcelona 1992. Martín fue quien se clasificó con la mejor marca, 2.15.31, seguido por Nicolás 2.16.43 al tiempo que Zamora apenas hizo la mínima por tres segundos 2.18.57 y entró por la ventana tras desplazar mediante un procedimiento administrativo a Aguelmis Rojas que se clasificó con mejor marca (2.17.32) en un trazado que sufrió ligeras alteraciones a las certificadas internacionalmente y que le valieron la invalidación de su marca. Waldemar Cotelo en Atlanta 1996 y Néstor García en Sídney 2000 fueron los otros uruguayos olímpicos, este último con la mejor marca registrada por un nacional: 2.22.30 y la mejor colocación 46°.

Cifras

2.06.32
Récord olímpico.
Lo impuso Samuel Wanjiru en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.
2.02.57
Récord mundial.
Lo impuso otro keniata Dennis Kimetto, en la maratón de Berlín 2014.

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