El cierre de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 tuvo este domingo una de las protestas más insólitas, sino la más, que se vieron a lo largo de las dos semanas de deportes.
El entrenador del luchador mongol Mandakhnaran Ganzorig se molestó con la decisión de los jueces que tras ver la reiteración por replay determinó que el uzbeko Ikhtiyor Navruzov era el ganador del bronce en la categoría de 65 kilos.
No conformes con el fallo, el entrenador y un asistente protestaron sacándose las remeras y los pantalones, quedando solo en ropa interior.
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