La inesperada caída de Cuevas

Las derrotas ante Alxandr Dolgopolov en Buenos Aires y ante Arthur De Greef en Río pegaron duro para Pablo Cuevas. Porque transformaron el inicio del año en polvo de ladrillo, una habitual fuente importante de puntos para el uruguayo, en una honda preocupación. Y lo obligaron, en una temporada en la que arrancaba con el proyecto de mantenerse entre los 20 mejores del ranking y desde ahí tratar de escalar hasta el top 10, a quedar fuera del puesto 30 a partir de la semana que viene, con todas las desventajas que eso trae aparejado.

El polvo de ladrillo era un bálsamo para Cuevas. Es que desde la final del ATP 500 de Hamburgo, en agosto de 2016, no pudo ganar dos partidos seguidos. Tras perder en el debut del ATP 250 de Umag, último sobre polvo de ladrillo en 2016, empezó la temporada de canchas rápidas, y no pudo avanzar dos ruedas en ningún torneo.

No han sido todas malas desde el juego. En ese lapso Cuevas ha mostrado flashes del juego que lo llevaron hasta el puesto 20: un buen partido ante Rafa Nadal en Cincinnati (1-6, 6-7), uno parejo con David Ferrer en Beijing (4-6, 6-7), un gran arranque con Milos Raonic en París (6-1, 1-6, 2-6). Pero han sido muchos más sus momentos bajos, y la inconsistencia de los buenos.

Por todo eso, el polvo de ladrillo era bienvenido. Sin embargo, Cuevas no pudo torcer el camino de las derrotas, que por ser donde se dio le duelen un poco más. En el Argentina Open fue caída en el debut ante Alexandr Dolgopolov: 3-6, 6-7, en un partido en el que empezó mal, corrigió pero no supo cerrar el set (iba 4-2 arriba en el tiebreak y perdió 7-4). Y ante De Greef, en Río, un panorama similar. Caída 3-6 en el primero, y luego un segundo muy parejo, pero que no supo llevar al tiebreak, para terminar perdiendo 7-5.

“Fue la victoria más importante de mi carrera. Jugar me ayudó a adaptarme a las condiciones. Pienso que Cuevas estaba nervioso por la defensa del título, y también por haber perdido en el debut en Buenos Aires”, aventuró el lunes De Greef, sin poder creer aún haber obtenido la mejor victoria de su carrera.

Los puntos

Por culpa de que el calendario está corrido una semana (2016 fue año de Juegos Olímpicos y por eso hubo que “apretar” los torneos), Cuevas perdió el lunes los 500 puntos de Río, antes de jugar, y el lunes próximo le pasará lo mismo con los 250 de San Pablo (donde también defiende el título), lo que afortunadamente no le significará más de dos o tres puestos de caída. Quizás, perder esos puntos antes de tiempo sea un motivo menos de presión en un mal momento, aunque también es cierto que el uruguayo aseguraba a inicios de año no pensar en el tema. “La defensa de los puntos es un poco relativo. Para tener un año igual o mejor necesito ganar lo mismo o más. Si no recupero en el mismo torneo, iré un poco para atrás en el ranking y cuando gane me meteré más arriba. Es como en la cancha: si viene la pelota y estás preocupado por no errarla, la vas a errar”, dijo el salteño a Referí en enero.

¿Jugar más torneos?

Lo seguro es que Cuevas deberá hacer ahora una elección: recuperar los puntos perdidos en esta primera parte del año, o mantener la planificación que hizo a principios de año. La idea, como adelantó a Referí a inicios de 2017, era hacer la misma estrategia de 2016: no desgastarse jugando todos los torneos, sino descansar en la previa de los grandes para llegar más descansado.

Sin embargo ahora aparecen más apetecibles algunos campeonatos sobre polvo de ladrillo que la raqueta número uno de Uruguay no tenía previsto jugar, como los ATP 250 de Marruecos o Houston en la semana previa a Monte Carlo. También jugar Estoril, Munich o Estambul en la primera semana de mayo, antes de Madrid. O elegir Lyon o Niza, en la semana previa a Roland Garros.

Es cierto que es un arma de doble filo: de no conseguir grandes puntos igual sumaría desgaste y no llegaría al 100% a los torneos grandes, como es su objetivo. Después de todo, buenas actuaciones en los Masters 1000 de Madrid, Roma o Monte Carlo, o en el ATP 500 de Barcelona (ni que hablar en Roland Garros) le permitirían recuperar el terreno perdido estos días. Eso sí: la desventaja es que, a diferencia de los torneos de Sudamérica, en estos están todos los mejores del mundo, ya que se preparan para el primer Grand Slam del año.

Ante todo, Cuevas deberá trabajar en recuperar su tenis, y su confianza en una superficie en la que la temporada pasada estuvo entre los 10 mejores del mundo. El tenis lo tiene, y desde ahí deberá empezar a construir para arrancar una racha positiva. l

Umag: segunda ronda

Juegos Olímpicos Río: segunda ronda

Cincinnati: segunda ronda

Winston Salem: tercera ronda

US Open: segunda ronda

Beijing: primera ronda

Masters 1000 Shanghai: primera ronda

Amberes: cuartos de final

Viena: primera ronda (retiro por lesión)

Masters 1000 París: tercera ronda

en 2017

Sydney: segunda ronda

Australoan Open: Primera ronda

Buenos Aires: segundaronda

Río: primera ronda

9-16 el récord de victorias y derrotas en ese lapso, lo que equivale a 310 puntos.

Salir del top 20 tiene algunas desventajas. En primer lugar quedar en el límite de los cabezas de serie de Grand Slam (son 32), lo que implica el riesgo de enfrentar a un favorito en primera ronda. Pero además, ser cabezas de serie en torneos ATP 250 otorga la ventaja habitualmente de saltearse la primera ronda, lo que significa más descanso, asegura 20 puntos sin jugar y da la oportunidad de, ganando un solo partido, ya meterse en cuartos de final.