Brian García

Básquetbol > EL JUGADOR EN LLAMAS

La hora del despegue

Brian García jugó al fútbol y trabajó en una panadería y un depósito antes de ser clave en la estructura defensiva de Goes
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06 de enero de 2017 a las 05:00
Brian García creció en el Cordón y jugó al fútbol hasta los 15 años. Dejó el liceo a temprana edad y salió a trabajar para colaborar con la familia. Seguía a su tío Esteban Sismondi en cada práctica de básquetbol de Cordón hasta que un día el entrenador Juan Carlos Werstein lo invitó a practicar. Nueve años después, aquel pibe se transformó en uno de los pilares de Goes que se aleja del descenso y que crece de cara a los playoffs de la Liga Uruguaya de Básquetbol.

El martes, el misionero le ganó a Olimpia de visitante por 82-64 controlando a pura marca a una de las mejores duplas de extranjeros del momento: Kyle Lamonte y Rodney Alexander.

García aportó 14 puntos, tres asistencias y un recupero, números a los que hay que sumarle un concepto clave en el equipo que dirige Álvaro Ponce: intensidad defensiva.

Y en ese rubro García, base de 1,80 m, es clave en el misionero: "En defensa Álvaro me pide que me prenda y hay que meterse en el rol que el equipo necesite. De atrás es donde construimos todo porque fuimos la mejor defensa del Clasificatorio, aunque no nos dio pero meternos en la Súper Liga", cuenta a Referí en la cancha de Goes, en el medio de una jornada de doble horario.

Ese trajín defensivo que el misionero recupera para parecerse al que sorprendió la temporada pasada se sustenta, según palabras del base, en el trabajo de cancha en el que Ponce hace especial hincapié en cada entrenamiento y en el scouting que el entrenador realiza junto a Fernando Allende, su ayudante Gustavo Rey y el preparador físico Tabaré Papariello.

"Para cada partido nos muestran virtudes y debilidades de cada rival y también vemos los errores que cometimos para intentar corregirlos", dice.

"El Clasificatorio lo empezamos mal, pero terminamos ganando siete de los últimos nueve partidos. Ahora estamos enfocados en salvarnos del descenso lo antes posible", explica.

Goes lidera con luz el Reclasificación-Permanencia (16 puntos contra 13,5 de Olimpia), pero García aún no tiene puesta la cabeza en el posible cruce de playoffs con los tres de abajo que disputan la Súper Liga.

"Acá perdés dos partidos y te complicás, así que el primer objetivo es salvarnos para después pensar en el cruce", admite.

"El año pasado nos encontramos muy rápido como equipo y ahora este es un equipo nuevo. Es imposible comprarnos. Sumamos potencial con un clase A como es el Enano (Fernando Martínez) y experiencia con Claudio (Charquero), pero como todo equipo nuevo lleva su tiempo para ir conociéndose", explica.

El cambio de estadounidense favoreció la levantada que tuvo Goes que viene de menos a más: "(Calvin) Warner es terrible jugador, pero también es un tema de compromiso con el equipo. (Malcolm) White no estaba muy a gusto y Calvin está mucho más comprometido y siempre nos da para adelante".

Antes de ser base jugó en Don Bosco, Nueva Palmira, Ceibo Aguada y Urreta en el mundo del baby fútbol. Después probó suerte sin éxito en las formativas de Defensor Sporting, Wanderers, Racing y Fénix. "Era un dos rústico, pum y pa'arriba", dice a las risas.

Con los amigos del barrio jugaba en la Plaza Córdoba al básquetbol.

Eso, la invitación y todo lo que le enseñó el Pato Werstein lo hicieron basquetbolista: "Werstein fue el técnico que más me marcó porque me enseñó todo; de los que entrenan básquetbol para mí es el mejor. Me formó y me ayudó a perfeccionar un montón de aspectos del juego".

Además de formarlo en Cordón, donde debutó en la Liga 2008-2009, Werstein lo llevó a Goes para jugar el Metropolitano 2011. Ese año fueron eliminados por Larrañaga. Al siguiente le ganaron a Urunday Universitario en el Palacio Peñarol y lograron el ascenso.

Goes le dio más que alegrías deportivas. "Acá conocí a mi señora que me dio a mi hija", dice feliz. Su esposa es Natalia Scarrone, jugadora de Goes en hándbol y Luciana, la nena, cumplió ayer un año.

Por eso García piensa en el futuro. "Dejé de estudiar tras terminar primero de liceo. Trabajé de panadero y en un reparto. Hice cursos de electricidad, cocina y yeso. Pero para este año quiero retomar el liceo y luego hacer el curso de entrenador de básquetbol".

El base, que supo trabajar en una panadería y un reparto, es la clave de un Goes que crece por su férrea defensa

El tatuaje de su infancia

En su brazo izquierdo, García se tatuó la casa donde se crió: "Es el convento que estaba en Fernández Crespo entre Paysandú y Cerro Largo, al lado de una velería pegada a La Trastienda. Hoy es un depósito. Están tatuados mis hermanos y el nombre de mi abuelo (Esteban). Era un convento de 30 casas, era bravo vivir ahí, pero la verdad que a la infancia que tuve no la cambio por nada", dijo. Uno de sus hermanos jugó al fútbol en La Luz y Alto Perú en la Segunda División Amateur. García empezó a seguir a Cordón acompañando a su tío, el exjugador Esteban Sismondi.

Las cifras

8,6 Puntos son los que promedia García en este torneo. En cinco de los últimos siete juegos estuvo por encima de los 10 puntos. Promedia 2,5 en asistencias.
22 Recuperos realizó en sus 17 partidos con un promedio de 1,2. Su mejor noche en el rubro fue ante Hebraica Macabi en el Clasificatorio.

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