Amor puro. Eso es lo que siente Abreu cada vez que le hablan de Nacional y lo que durante estos años siempre añoró. El Loco vuelve a vestir la camiseta tricolor con la que, en la pasada década y en distintos períodos, marcó numerosos goles, salió campeón y fue figura de los clásicos.
El amor se remonta a 2001. Allí, el minuano, que era víctima de una limpieza institucional de Cruz Azul, tenía que buscar un destino. Y el sentimiento tricolor afloró. Llegó, debutó, hizo goles y salió campeón. Después se fue, y volvió en el 2003. Primero Liverpool y después Peñarol reclamaron la inhabilitación del minuano por una aparente desprolijidad reglamentaria. Lo inhabilitaron. Nacional argumentó que no lo estaba y volvió a jugar. Marcó goles clásicos y se fue campeón. Retornó en 2004. Debutó con un gol, como cada ciclo en el que llegó, y fue protagonista del tercer gol ante Peñarol, en una remontada clásica épica. Lo querían de todos lados para 2005, pero se quedó. Marcó el gol de penal que le dio el título y se fue, como siempre, campeón.
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