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La dinastía de la playa cumplió 15

Juan Pablo Serdio, el DT que cumplió una década de triunfos, revela la receta del campeón
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22 de octubre de 2017 a las 05:00
El básquetbol femenino es un deporte en el que juegan cinco contra cinco y en Uruguay siempre gana Malvín.

La frase no la dijo Gary Lineker pero aplica al fenómeno que se vive en el básquetbol femenino doméstico, con un equipo playero dueño de una dinastía que asusta: ganó las últimas 15 Ligas Uruguayas, se dio el lujo de competir a primer nivel continental con jugadoras del exterior como refuerzo de lujo y formó una generación de jugadores implicadas al máximo en la vida social del club.

Como muestra basta un botón. Florencia Somma, hija del actual presidente playero y presente en las 15 ligas ganadas por Malvín, está integrada al cuerpo técnico de Pablo López, que viene de quedar eliminado en la fase de grupos de la Liga Sudamericana de Mayores en la rama masculina.

Por eso Referí fue a buscar a Juan Pablo Serdio, el arquitecto de la última década de triunfos playeros, quien luego de festejar en las últimas finales ante Defensor Sporting sumó su décima conquista con el femenino.

Serdio, exjugador e hincha del club, vio en el femenino una puerta de entrada al club y no salió más.

"Yo estaba retirado y le pedí a Pablo López para ir a ver unos entrenamientos. Fue así que se dio la posibilidad de dirigir al equipo femenino que no tenía a nadie en el cargo y empecé. Nunca se me había pasado por la cabeza dirigir al femenino y lo vi como una puerta de entrada al club. Después me enamoré del grupo. Las gurisas tiran mucho, dejan mucho de si para superarse a diario y el club siempre nos dio el visto bueno a todos los planteos que hicimos para marcar una evolución en el proyecto. Además de los títulos locales Malvín tiene un quinto puesto a nivel Sudamericano y eso es impresionante", dice a Referí Serdio, que actualmente es el coordinador de formativas del club, además de dirigir a las categorías preinfantiles e infantiles.

Con experiencia en Primera División como jugador y entrenador a nivel masculino, Serdio tuvo que adaptarse a los nuevos desafíos de trabajar con mujeres: "Es difícil manejar un vestuario de mujeres por el ego femenino, a ellas les cuesta más conformar una idea de equipo. En un equipo de hombres aceptan con mayor naturalidad el rol de cada uno, hay goleadores y jugadores que se tienen que sacrificar más. La mujer pone en juego elementos que no tienen que ver con el juego y lo hacen más complejo. Eso fue todo un desafío".

Una vez cumplida la etapa de adaptación a un nuevo plantel y a un nuevo perfil de jugadoras, Serdio encontró el camino allanado desde el punto de vista deportivo ya que la capacidad cognitiva para entender el juego y los sistemas no sabe de géneros: "La diferencia más obvia es que la mujer en cualquier deporte es más lenta y salta menos. Después todas las diferencias son culturales y las tuvimos que romper cuando empezamos a trabajar. Tienen dos brazos y dos piernas igual que el hombre, pueden interpretar igual el juego y hacer lo mismo dentro de la cancha. Ellas tienen la misma capacidad para analizar el juego y comprenderlo, en ese sentido hay una similitud con los planteles masculinos. Hay jugadores hombres con una capacidad atlética impresionante y no saben para donde correr".

En un plantel que mezcla la experiencia de Somma con la aparición de jóvenes valores como Agustina Aceredo, Serdio tuvo que manejar los nervios como un componente nuevo, ya que las finales ante Defensor Sporting fueron televisadas por VTV: "La primera final fue fea de ver porque las gurisas estaban muy nerviosas. La segunda final fue más estética, más agradable a la vista porque se soltaron y jugaron un mejor básquetbol. Mujeres y hombres somos diferentes, vemos problemas desde ángulos diferentes y ese componente lo tuvimos que incorporar porque era nuevo para nosotros".

¿Cómo renovar las ganas luego de ganar 14 torneos consecutivos? Serdio lo explica: "La concentración en los entrenamientos fue un punto bravo. Había padres que venían a hablar conmigo porque les exigía mucho. El básquetbol en el club era una mezcla recreativa-deportiva y yo quiero que disfruten, pero con exigencia".

La Liga Uruguaya de Básquetbol femenino la componen Malvín, Defensor Sporting, Goes, Capurro, Cordón, Albatros, Paysandú y Nacional, pero el dueño de la dinastía está en la playa.

Las frases

  • "La diferencia más obvia es que la mujer en cualquier deporte es más lenta y salta menos. Después todas las diferencias son culturales y las tuvimos que romper cuando empezamos a trabajar. Tienen dos brazos y dos piernas igual que el hombre, pueden interpretar igual el juego y hacer lo mismo dentro de la cancha"
  • "Es difícil manejar un vestuario de mujeres por el ego femenino, a ellas les cuesta más conformar una idea de equipo. En un equipo de hombres aceptan con mayor naturalidad el rol de cada uno, hay goleadores y jugadores que se tienen que sacrificar más. La mujer pone en juego elementos que no tienen que ver con el juego y lo hacen más complejo. Eso fue todo un desafío"
Juan Pablo Serdio, entrenador de Malvín

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