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Los juveniles que meten presión a los jugadores de la selección mayor
Los proyectos jóvenes empiezan a mostrar su verdadero valor para reforzar al equipo de Tabárez
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24 de mayo de 2017 a las 22:43
Si algo hizo Óscar Washington Tabárez desde que volvió a la selección mayor en 2006 fue mirar permanente a las selecciones juveniles para nutrir su proyecto principal con jugadores que pasaron por el Complejo Celeste y que adquirieron el estilo que quiere imponer el DT.
El tema es cuándo y cómo subir a esos jugadores. En ese sentido, habitualmente el entrenador ha recorrido un camino y es adepto a que los juveniles cumplan con su ciclo en las selecciones para las que tienen edad.
Marcó la cancha con Luis Suárez en 2007 y luego aplicó esa forma de conducirse. A pesar de que Luis ya deslumbraba y que el técnico celeste dudó un instante con llevarlo a la Copa América de Venezuela, finalmente se decantó por dejarlo con los jóvenes de su edad que jugaron el Mundial en Canadá. Allí se comenzó a gestar la sociedad con Edinson Cavani.
También buscó el momento adecuado para incluirlo en el equipo. El entrenador considera, y así lo demostró a lo largo de 11 años, que no se trata de tomar decisiones a la ligera en los momentos de tormenta porque se corre riesgo de echar a perder la cosecha. Así lo ha transmitido.
Al observar a la actual sub 20 se puede concluir que el futuro tiene bases sólidas. Cada generación tiene sus particularidades. La de 2007 se caracterizó por darle al país a dos de los mejores delanteros del mundo: Suárez y Cavani.
Las dos posteriores otorgaron buenos defensas como Sebastián Coates y José María Giménez.
Ahora parece ser tiempo de la generación de los volantes. El equipo de Fabián Coito tiene en su plantel a dos jugadores de categoría internacional como Federico Valverde (Real Madrid) y Rodrigo Bentancur (actual jugador de Boca pero negociado a Juventus de Italia).
Pero no son los únicos. También presentó al mundo jugadores de excelente proyección y que tienen buenas perspectivas de futuro.
Coincide que en esa zona del campo, por cuestiones del tiempo, se avizora un recambio en la selección y el cuerpo técnico de la celeste debe estar mirando un sector donde desde hace años sobresale la figura de Egidio Arévalo Ríos, Álvaro González, Carlos Sánchez, recientemente, y Cristian Rodríguez.
Por eso la aparición de dos jugadores de talento y buen manejo de pelota invitan a ilusionarse de cara a un futuro cercano.
Ambos jugadores cuentan con un valor agregado: el entendimiento que mostraron en el poco tiempo que llevan jugando juntos. Apenas dos partidos fueron suficientes para que se busque permanentemente.
Por las bandas la selección mostró caras nuevas y que invitan a ilusionarse. Por derecha se destaca el Puma José Luis Rodríguez. Un jugador que brinda oxígeno permanentemente. Levantar la cabeza para un volante y saber que el Puma está siempre ahí, dispuesto a proyectarse, es vital.
En el encuentro contra los japoneses brindó la asistencia del gol de apertura tirando un caño y cediendo al balón para la entrada de Schiappacasse.
Del otro lado Matías Olivera muestra la misma disposición para mostrarse y proyectarse. Ambos tienen dinámica y amor propio para sobreponerse a la adversidad, además de tener la paciencia necesaria para tolerar los momentos de sufrimiento.
En esa zona del campo los dos centrales están teniendo una tarea destacada. Tanto Bueno como Rogel son hombres de más de 190 centímetros y que imponen su presencia. Es difícil llegarle por arriba, de hecho fue uno de los puntos fuertes que destacó el técnico Coito de su equipo.
Son dos buenos proyectos de jugadores que deberán concretar. Rogel fue ascendido y ya jugó en el primer equipo de Nacional. En tanto Bueno comenzó a ser pulido en el fútbol europeo luego de ser transferido a Barcelona.
Está claro que ambos juegan en un sector de la defensa donde la selección mayor tiene gente en línea de espera de generaciones anteriores como Emiliano Velázquez, Federico Ricca, Gastón Silva y hasta el propio Diego Polenta, que fue citado.
En ofensiva, la Sub 20 también mostró caras nuevas y con perspectivas de futuro. El que más destacó hasta ahora es Nicolás Schiappacasse. Un joven que comenzó a realizar sus primeras armas en Atlético Madrid y que se está recibiendo de jugador internacional en el Mundial juvenil. Marcó un golazo ante Japón pero se destaca su generosidad a la hora de colaborar en la recuperación de la pelota.
Un escalón más abajo tal vez se encuentren Rodrigo Amaral y Joaquín Ardaiz, pero ambos con condiciones como para ser considerados en el futuro.
Así las cosas. El futuro es alentador y Tabárez dispondrá de elementos a los que echar mano.
El tema es cuándo y cómo subir a esos jugadores. En ese sentido, habitualmente el entrenador ha recorrido un camino y es adepto a que los juveniles cumplan con su ciclo en las selecciones para las que tienen edad.
Marcó la cancha con Luis Suárez en 2007 y luego aplicó esa forma de conducirse. A pesar de que Luis ya deslumbraba y que el técnico celeste dudó un instante con llevarlo a la Copa América de Venezuela, finalmente se decantó por dejarlo con los jóvenes de su edad que jugaron el Mundial en Canadá. Allí se comenzó a gestar la sociedad con Edinson Cavani.
También buscó el momento adecuado para incluirlo en el equipo. El entrenador considera, y así lo demostró a lo largo de 11 años, que no se trata de tomar decisiones a la ligera en los momentos de tormenta porque se corre riesgo de echar a perder la cosecha. Así lo ha transmitido.
Al observar a la actual sub 20 se puede concluir que el futuro tiene bases sólidas. Cada generación tiene sus particularidades. La de 2007 se caracterizó por darle al país a dos de los mejores delanteros del mundo: Suárez y Cavani.
Las dos posteriores otorgaron buenos defensas como Sebastián Coates y José María Giménez.
Ahora parece ser tiempo de la generación de los volantes. El equipo de Fabián Coito tiene en su plantel a dos jugadores de categoría internacional como Federico Valverde (Real Madrid) y Rodrigo Bentancur (actual jugador de Boca pero negociado a Juventus de Italia).
Pero no son los únicos. También presentó al mundo jugadores de excelente proyección y que tienen buenas perspectivas de futuro.
Coincide que en esa zona del campo, por cuestiones del tiempo, se avizora un recambio en la selección y el cuerpo técnico de la celeste debe estar mirando un sector donde desde hace años sobresale la figura de Egidio Arévalo Ríos, Álvaro González, Carlos Sánchez, recientemente, y Cristian Rodríguez.
Por eso la aparición de dos jugadores de talento y buen manejo de pelota invitan a ilusionarse de cara a un futuro cercano.
Ambos jugadores cuentan con un valor agregado: el entendimiento que mostraron en el poco tiempo que llevan jugando juntos. Apenas dos partidos fueron suficientes para que se busque permanentemente.
Los laterales
Por las bandas la selección mostró caras nuevas y que invitan a ilusionarse. Por derecha se destaca el Puma José Luis Rodríguez. Un jugador que brinda oxígeno permanentemente. Levantar la cabeza para un volante y saber que el Puma está siempre ahí, dispuesto a proyectarse, es vital.
En el encuentro contra los japoneses brindó la asistencia del gol de apertura tirando un caño y cediendo al balón para la entrada de Schiappacasse.
Del otro lado Matías Olivera muestra la misma disposición para mostrarse y proyectarse. Ambos tienen dinámica y amor propio para sobreponerse a la adversidad, además de tener la paciencia necesaria para tolerar los momentos de sufrimiento.
En esa zona del campo los dos centrales están teniendo una tarea destacada. Tanto Bueno como Rogel son hombres de más de 190 centímetros y que imponen su presencia. Es difícil llegarle por arriba, de hecho fue uno de los puntos fuertes que destacó el técnico Coito de su equipo.
Son dos buenos proyectos de jugadores que deberán concretar. Rogel fue ascendido y ya jugó en el primer equipo de Nacional. En tanto Bueno comenzó a ser pulido en el fútbol europeo luego de ser transferido a Barcelona.
Está claro que ambos juegan en un sector de la defensa donde la selección mayor tiene gente en línea de espera de generaciones anteriores como Emiliano Velázquez, Federico Ricca, Gastón Silva y hasta el propio Diego Polenta, que fue citado.
Alternativas ofensivas
En ofensiva, la Sub 20 también mostró caras nuevas y con perspectivas de futuro. El que más destacó hasta ahora es Nicolás Schiappacasse. Un joven que comenzó a realizar sus primeras armas en Atlético Madrid y que se está recibiendo de jugador internacional en el Mundial juvenil. Marcó un golazo ante Japón pero se destaca su generosidad a la hora de colaborar en la recuperación de la pelota.
Un escalón más abajo tal vez se encuentren Rodrigo Amaral y Joaquín Ardaiz, pero ambos con condiciones como para ser considerados en el futuro.
Así las cosas. El futuro es alentador y Tabárez dispondrá de elementos a los que echar mano.
