La celeste te regala el sol

Vaya si fueron tres años sufridos. Peleas mediáticas, pedidos constantes de jugadores, ataques al entrenador cuando el equipo no consiguió buenos resultados. Idas y vueltas en un camino plagado de dificultades. Pero finalmente termina como empezó: con felicidad.

La historia de la selección uruguaya en el proceso clasificatorio llega a su final. Los últimos 90 minutos para poner los dos pies en Brasil 2014 serán como pocas veces en la historia, con una fiesta.

Después de escuchar tantas veces la canción que dice: “Hay celeste regalame un sol”, finalmente el plantel se lo regalará hoy a los aficionados.

Luego del contundente 5-0 logrado en Amán ante Jordania, Uruguay juega a partir de la hora 21 en el Estadio Centenario la revancha por el repechaje que otorga la última plaza al Mundial de 2014.

Como pocas veces, el partido de esta noche será una excusa para asistir al festejo anticipado por la clasificación. Es que, al margen de que el plantel y el cuerpo técnico pretenda escapar al ambiente, el común denominador de los aficionados tiene claro que la noche será propicia para homenajear a un grupo que les devolvió la alegría.

Una de las frases más comunes y repetidas de los últimos días fue “al fin vamos a ir a un partido sin sufrir”.

No es para menos, los últimos procesos clasificatorios fueron traumáticos para los celestes.

Hacer memoria permite recordar la sufrida clasificación a Corea y Japón 2002 con un curioso partido ante Argentina en el Centenario y el posterior repechaje ante Australia saldado en el Centenario.

El Mundial de Alemania 2006 no tuvo a Uruguay.

A Sudáfrica 2010 llegó como el último combinado clasificado y con un partido revancha en el Centenario, ante Costa Rica, con un dejo de sufrimiento.

El recorrido a Brasil 2014 se inició a toda orquesta, pero terminó como siempre, con la condena al repechaje. Claro que, el 5-0 en Jordania, abrió la puerta al festejo.

Uruguay realizó ayer el último ensayo previo al partido contra los jordanos en el Centenario.

El técnico Tabárez trabajó ayer las acciones de pelota quieta con la misma oncena que logró la contundente victoria en Amán.

Luego del movimiento hubo tiempo para el fútbol informal con Suárez y el Cebolla como goleros, situación que se repitió siempre, incluso cuando los resultados inquietaron.

Pero el ambiente es otro. Se nota. Las entradas se agotaron en un día hace ya tres semanas. La gente se prepara para concurrir esta noche a una fiesta. La clasificación está asegurada de antemano. Como pocas veces ocurrió, asistirá al Centenario sin el eterno complejo del sufrimiento. La celeste finalmente le regala el sol.