La bestia anda suelta

Uruguay le ganó este miércoles a Chile 6 a 4 en el Campus Municipal de Maldonado, en el marco de un partido preparatorio para los Juegos Olímpicos de Londres.

A los dos minutos de juego, Angelo Henriquez aprovechó una desatención de la zaga celeste y anotó el primer gol del partido.

Ocho minutos más tarde, Sebastián Coates realizó un pase equivocado en la salida y Carlos Muñoz sacó una tajada del error para lanzar un bombazo tremendo desde afuera del área y vulnerar al arquero Martín Campaña.

El partido estaba 2 a 0 en favor de la visita y Uruguay no encontraba su juego. Pero, de repente, la fiera Suárez empezó a rugir. Gastón Ramírez percibió esa intuición del "9" y le envió un pase que el salteño logró convertir en gol en el área chica.

A los 30', Suárez, intratable, tomó una pelota afuera del área. Incursionó en ella y superó a un defensa con una zancada. Esa que le permitió tomar impulso y pegarle a la pelota con tres dedos, ya que no tenía ángulo para rematar de otra forma, y colocarla en el segundo palo del guardameta trasandino. 2 a 2.

Y por si fuera poco, otra vez el delantero de Liverpool fue protagonista del tercero. Se sacó de encima la marca de un defensa chileno, al arquero y, cuando estaba pronto para rematar, lo derribaron. El árbitro Pitana no dudó en cobrar penal y Cavani se encargó de ejecutarlo. 3 a 2, en 38'.

En el complemento, la sociedad Ramírez - Suárez siguió dando frutos. Un milimétrico pase del volante de Bologna al de Liverpool permitió que el salteño esperara la salida del arquero chileno para darle justo y de primera. 4 a 2. Una bestia.

Luego, Uruguay dominó el trámite y Suárez siguió enloqueciendo. Gravitó por los dos sectores del ataque, aunque a partir de su tercer tanto no con tanta efectividad. Esa que sí tuvo Cavani: el delantero de Napoli anotó el segundo de su cosecha personal y el tercero del partido a los 26' del complemento. El 5 a 2 parecía paliza.

Chile, con más empuje que con fútbol, logró poner el tercer tanto para achicar la ventaja. Pero el equipo uruguayo, demostrando el protagonismo, volvió a incrementarla: Abel Hernández aprovechó una desatención del fondo trasandino y ante el achique del arquero chileno, se la pinchó. La pelota pegó en el palo, entró y el grito de gol en las tribunas del Campus se volvió a sentir. Esta vez, con una cifra tenística: 6-3.

La cara positiva por la contundencia ofensiva se vio opacada por el flojo rendimiento en la retaguardia. Ubilla aprovechó una desatención del fondo celeste y sacó un certero remate que hizo estéril cualquier movimiento del arquero Campaña. Cuatro goles en contra.

El partido, en definitiva, le sirvió a Uruguay para tener una prueba de alta exigencia con vistas a los Juegos Olímpicos, ganar, demostrar la contundencia ofensiva con una bestia como Suárez que sigue indomable y encender luces de alerta por la débil actuación en el fondo.