“Krasnodar es bárbaro para vivir”

Cuando Mauricio fue a jugar al fútbol ruso en febrero de 2013 lo hizo con las dudas propias de irse a vivir a un país tan lejano: “Tenía dudas, pero desde que llegué el club se encargó de todo. Del apartamento, del auto y pusieron a mi disposición un traductor, que está las 24 horas al servicio de los jugadores del club” dijo el volante a El Observador.

El idioma es lo más complicado. Contó que “en los primeros días cuando iba al super y no sabía cómo pedir algo, lo llamaba por teléfono al traductor y él le hacía el pedido a la mujer”.

Después de las prácticas tiene clases de idioma, “para aprender algunos verbos, para el día a día, pero el ruso es muy difícil”.

En las conferencias de prensa, las charlas técnicas o los videos que les muestra el técnico, tiene la ayuda del traductor.

La ciudad de Krasnodar, ubicada a 1.200 kilómetros de Moscú, es “un lugar bárbaro para vivir. Hay parques, seis o siete shoppings y a dos horas hay una zona de playas en el Mar Negro con hoteles 5 estrellas. Es chica y el tráfico es como Montevideo, se puede manejar bien”. El lugar de entrenamiento le queda a 20 kilómetros de su casa y “demoro media hora en llegar”.

Actualmente hace calor en Krasnodar. Cuando Pereyra habló con El Observador eran las 21.30 en Rusia y la temperatura era de 26ºC. Le contaron que los meses más fríos son diciembre y enero, “pero no estamos en la ciudad porque el equipo siempre se va de pretemporada afuera, a Dubai o a España”, indicó.

Agregó que la liga rusa “es muy competitiva” y “entre los 10 primeros hay una diferencia de seis puntos. La tabla se divide en tres partes: arriba están CSKA y Zenit que pelean por el título, después nosotros y luego los que pelean por no descender”. La actual temporada lleva cuatro fechas.

Pereyra es titular en su equipo, donde juega como volante por afuera.