Uno grupo de deportistas extremos, comandados por el brasileño Pedro Oliva, viajó a Hawái para una nueva aventura. Tras bajar por el Salto Belo, en el Amazonas, a más de 110 kilómetros por hora desde una altura de 40 metros en 2009, Oliva fue por un desafío aún más grande: navegar en las calientes aguas que chocan contra el volcán Kilauea.
"Cuando estaba cerca de la lava era imposible meter las manos en el agua porque estaba literalmente hirviendo y me las hubiera quemado; espero que la gente no vea las imágenes y piense que esto es seguro" dijo el brasileño.
El volcán, que es uno de los más activos del mundo desde 1983, vio como este grupo de personas no le temió al magma que baja hasta las orillas y sintió los pies de los deportistas que, además de tirar su kayak sobre la lava, caminaron sobre la roca formada sobre el agua.
"El momento de mayor tensión fue cuando subimos a las rocas. Salí de ahí ayudado por el remo, probando por donde podíamos pisar; fue escalofriante porque sentía que la tierra se hundía y que podía caer a la lava", agregó Oliva.
Australia e Indonesia aparecen ahora como los nuevos objetivos de estos deportistas extremos que se quedaron con ganas de más. Mirá las impresionantes imágenes.
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