Jugadoras del femenino de Nacional denuncian violencia de género

La Justicia pidió el sobreseimiento de la causa y el archivo de la denuncia penal que el exentrenador del equipo femenino de Nacional, Ignacio Chitnisky, elevó contra el plantel de 20 futbolistas que dirigía hasta enero de este año.

Ante la desestimación (por parte de la fiscal María de los Ángeles Guajardo y el juez Juan Carlos Fernández) de la denuncia penal presentada en un principio contra sus jugadoras, el entrenador pidió que se remitiera testimonio por un delito previsto en el Código Penal sobre incitar al "odio y el desprecio público".

Como respuesta, las futbolistas decidieron hacer una demanda por violencia de género. Martín Acosta, el abogado de la Mutual junto a la abogada Eliana Muzio, tomó la defensa del plantel e informó a Referí: "En febrero el entrenador presentó una denuncia penal en el juzgado de primer turno por difamación e injurias. El fiscal pidió el sobreseimiento y el archivo pero como el DT pidió una nueva revisión fue el juez quien terminó de archivar las actuaciones".

Chitnisky sostuvo que se trataban de acusaciones falsas y que hubo real malicia contra su persona, pero según Acosta se probaron ampliamente todas las denuncias: "Lo que se probó es que la carta quedó corta. Ante la insistencia del técnico de volver a acusarlas hicimos una denuncia de violencia de género".

Ante la Justicia declararon el presidente de Nacional, José Luis Rodríguez, el extécnico del plantel femenino Óscar Javier Morales, parte del cuerpo técnico del denunciante y las 20 jugadores denunciadas. Incluso otras futbolistas que fueron dirigidas por el técnico en otros equipos.

Este episodio salió a luz cuando el sábado 21 de enero de 2017 se divulgó una carta pública en la que se denunciaba violencia de género y discriminación por parte del plantel femenino de Nacional contra su entrenador, Chitnisky. En la misiva se acusaba al entrenador, entre otros cosas, por incentivar prácticas antideportivas y de violencia de género.

La carta mencionaba que el DT "ofreció 100 dólares por quebrar a una jugadora rival", y que "le restó importancia a este hecho" cuando las jugadoras se lo planteron delante de la presidenta "diciendo que fue una broma". Las firmantes también lo acusaron de discriminación y violencia de género mediante burlas "junto con parte del cuerpo técnico, del aspecto físico de las jugadoras, incurriendo a criterio de las comparecientes, en conductas encuadradas dentro de la definición de violencia de género".

Las firmantes de la carta fueron Romina Soravilla, Sabrina Soravilla, Mariana Buidid, Martina González, Fernanda Landaco, Jessica Kirchnitz, Lucía Meyer, Fernanda Iglesias, Ximena Velazco, Adriana Castillo, Naiara Ferrari, Keisy Silveira, Paz Vila, Camila Forestiero, Valeria Colman, Carla Olivera, Federica Silvera, Natalie Rosado, Nicole Ernaut y Luciana Fleitas.

El plantel femenino realizó la denuncia ante Sebastián Perona –gerente de deportes del club– y la dirigente María Laura Muxi, quienes pidieron en principio una semana para estudiar el caso y luego informaron que no se tomarían medidas.

Ante el aviso de que todo el plantel renunciaría, el club desvinculó al entrenador y éste anunció que tomaría medidas legales contra el plantel.

"Quiero limpiar mi imagen, tengo una hija de 6 años. Yo sufrí por mi familia. Jamás pediría lastimar una rival. Nunca ofrecí pagarle 100 dólares a nadie para quebrar a Juliana Castro", dijo el entrenador el 31 de enero en Sport 890.

A cuatro meses de la polémica las 20 futbolistas demandadas penalmente continúan defendiendo a Nacional; el entrenador fue desvinculado y Alejandro Lembo asumió también como gerente deportivo del fútbol femenino.

Sin éxito, Referí intentó contactar a Chitnisky.