Inyección de impulso

La escasez de clubes, la carencia de infraestructuras y falta de programas de formación a lo largo de los años han hecho que la natación uruguaya bajara considerablemente su nivel en los últimos años.

Sin embargo, algo está cambiando desde que a fines de 2014 asumiera una nueva directiva en la Federación Uruguaya de Natación (FUN) comandada por la empresaria Victoria Stanham con el entrenador Felipe Vidal como vicepresidente.

"Lo primero que hicimos fue arreglar la casa", contó a Referí el secretario técnico Nicolás Francia, un nadador de 28 años que se retiró con los tres récords nacionales de espalda en pileta corta (25 metros).

"Actualizamos los reglamentos y generamos un criterio para valorizar las pruebas", dijo.

El panorama era sombrío: "Detectamos tres problemas a nivel nacional. Lo geográfico, lo demográfico y la infraestructura. En lo geográfico vimos que hay pocos departamentos con piscinas techadas y ninguna tiene un programa de natación donde se enseñe más allá de lo básico; no se apunta desde la formación a una línea de rendimiento", declaró el exnadador.

"En lo demográfico tenemos poca gente que practica deporte. Entre los federados, División Amena y piscinas abiertas hay cerca de 2.000 nadadores. Pero potencial de captar más hay. Por ejemplo, solo en Tacuarembó se inscriben 1.500 niños a los programas de verano", indicó.

La carencia en infraestructuras es por demás visible. Montevideo solo tiene una pileta de 50 metros (olímpica) que es la de Neptuno que atraviesa una grave situación y tiene una orden de clausura por no haber renovado el permiso de bomberos y no estar al día con los permisos de instalaciones mecánicas.

"Los entrenadores tienen poca disponibilidad de espacios en los clubes y todos se chocan contra una realidad: a la edad de formar un nadador para la competencia se pierden dos años para reeducarlo por las carencias de un programa inicial efectivo", comentó.

"Lo que necesita la natación es un programa homogéneo y representativo de la realidad. Se deben formar nadadores que sabrán que no serán remunerados por su actividad, que deberán seguir estudiando y que tendrán dificultades para salir a competir afuera".

"Pero lo que es importante es que esa escuela o programa de natación exista a nivel nacional para que los procesos de educación sean iguales", dijo Francia.

"Con ese programa hay que conseguir el apoyo de la Secretaría Nacional del Deporte (SND) y el Comité Olímpico Uruguayo (COU) para que sea declarado de interés nacional", explicó.

En la plataforma de la idea hay una cuestión muy importante. Uruguay es un país de costas y el aprendizaje de la natación tiene como fin primario darle a las personas desde temprana edad una herramienta para prevenir accidentes en el agua y muertes por ahogamiento.

"Después de trabajar en la base hay que apuntar al alto rendimiento, a que la FUN pueda tener su propia pileta para desarrollar sus procesos de detección de talentos", explicó.

"Verónica (Stanham) está trabajando con una enorme vitalidad. Ha viajado por todo el interior para plantear el deseo que que la natación crezca, y ya ha organizado clínicas no solo de natación sino también de waterpolo y nado sincronizado", concluyó.

Los deportes acuáticos vuelven así a tomar impulso.

"Uruguay tiene dos franjas de nadadores. Por un lado lo que yo llamo los cinco fantásticos: Gabriel (foto) y Martín Melconian, Gabriel Fleitas, Enzo Martínez e Inés Remersaro. Y después una segunda franja con nadadores de más de 18 o 20 años que tienen nivel como para seguir creciendo como Nicolás Culela o Sofía Usher", dijo Francia. "A las dos franjas hay que seguir apoyando para que sigan mejorando", agregó. Usher participó este año en el Mundial de Kazan en su primera experiencia a ese nivel.

Muy buena cosecha
En el Sudamericano juvenil disputado en abril, en Lima, Urugay ganó seis medallas. Desde Caracas 2007 que la Celeste no conseguía podios en estos torneos bianuales: "Se hizo un proceso exitoso logrando forjar una identidad de equipo nacional con la realización de campamentos y torneos selectivos. Los héroes uruguayos fueron Sebastián Torales (plata en 50 y 100 m pecho) en juveniles 17-18 años, Santiago Saint-Upery (plata en 200 m pecho y bronce en 50 m pecho) en 13-14 años, Abril Aunchayna (plata en 50 m espalda) y Tania Silveira (bronce en 50 m espalda) en 15-17 años.

Se tienden puentes
En paralelo a la natación federada hay un movimiento que se creó en 1993 y que apunta a un caracter más social con otro enfoque competitivo y que se llama División Amena (Área Metropolitana de Natación). La misma fue creada por Felipe Vidal, uno de los entrenadores que tuvo Carlos Scanavino en su carrera. Amena tiene presencia en casi todo el país y se compite desde menores (8 y 9 años hasta a mayores de 18). "La Federación no ha podido o no ha sabido logar un fluido intercambio con Amena y es algo que debería lograrse", declaró Francia. La presencia de Vidal como vicepresidente de la Federación puede ser clave. En Amena se da la particularidad de que en edades de temprana formación se ven talentos con mejores marcas que sus pares federados y las nuevas autoridades quieren darles lugar para representar a Uruguay.