Fue otro día histórico para el rugby argentino, uno más en este proceso de transformación que lo ha ubicado entre las potencias mundiales en los últimos años: fue el debut como local en el Super Rugby, el torneo de franquicias del Hemisferio Sur, y sin dudas el mejor torneo de clubes del mundo.
La Unión Argentina de Rugby (UAR) puso en cancha a Los Jaguares, la franquicia creada especialmente para completar la inserción en la alta competencia del Hemisferio Sur. Era un paso clave para tener plena disposición de sus jugadores para el calendario del Sur, que es diferente al del Norte, y que se hacía imposible con sus jugadores militando en clubes europeos.
Tras jugar las dos primeras fechas en Sudáfrica -victoria ante Cheetahs y derrota ante Sharks- era el momento de jugar en casa. Fuera de la cancha fue un éxito, con más de 20 mil personas en cancha de Vélez, que le dieron un envión a una parte clave del plan: la llegada a la gente.
En lo deportivo era una dura prueba ante Waikato Chiefs de Nueva Zelanda, uno de los mejores equipos del torneo, campeón en dos de las últimas cuatro ediciones y con varios jugadores de los
All Blacks, entre ellos Kerr-Barlow o el apertura Aaron Cruden. Fue un partido muy parejo, en el que los argentinos mostraron su intención de atacar y dominaron en varios momentos, aunque no lo supieron cerrar y terminaron cayendo 30-26.