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Hace 20 años debutó el Chino Recoba

El 11 de enero de 1994 Recoba jugó su primer partido en Primera división; dos décadas después el crack sigue vigente en Nacional
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10 de enero de 2014 a las 15:36

Apenas superaron las 2.900 entradas vendidas en el Estadio Centenario el martes 11 de enero de 1994. Ese día se enfrentaron Defensor Sporting y Danubio por la primera fecha de la Liguilla pre Libertadores. Una escasa convocatoria para presenciar el partido entre el segundo y el tercero del Campeonato Uruguayo de 1993. El encuentro terminó 0-0 y hubiera pasado al olvido si no fuera porque ese día debutó en Primera división Álvaro Recoba. Tenía 17 años y el técnico Ildo Maneiro lo mandó a la cancha para que jugara en el ataque junto a Alejandro Seguessa. Hoy se cumplen exactamente 20 años de aquel día.

Cerca de 600 partidos oficiales, más de 150 goles, 13 años jugando en Europa, la mayoría de ellos en el Inter de Milan, donde llegó a ser el jugador mejor pago del mundo. Deslumbró desde sus comienzos en Danubio, desequilibró en Nacional y maravilló en Italia desde el primer día. Se transformó rápidamente en el niño mimado de Massimo Moratti, el propietario del club neroazurro. A los 18 años se inició con la selección nacional y jugó 68 partidos hasta la Copa América 2007, cuando se retiró.

Una carrera fantástica que le permitió integrar la Celeste de la vieja guardia, con Paolo Montero, Poyet, Enzo Francescoli y Daniel Fonseca, y también comenzar el actual proceso de Óscar Tabárez, con Diego Lugano, Diego Pérez y Diego Forlán, entre otros. Una trayectoria aún en curso en la que enfrentó a Óscar Aguirregaray y también a su hijo Matías, o en la que jugó contra Daniel De Los Santos y hoy comparte el plantel con su hijo Guillermo.

Aquel 11 de enero de 1994, cuando debutó el Chino, Danubio formó con Fernando Baleato, Marcos Madruga, Daniel Sánchez, Juan Góñez, Esteban Ros, Julio Rodríguez, Ruben Alzueta, Ricardo Bitancort, Javier Delgado, Seguessa y Recoba. En Defensor, dirigido por Juan Ahuntchain, jugaron entre otros Claudio Arbiza, Óscar Aguirregaray, Martín Lasarte, Guillermo Almada, Pablo Correa, Carlos De Lima y Gabriel Álvez. Todos retirados.

El 26 de enero, contra Cerro por ese torneo, marcó sus dos primeros goles. El partido terminó con victoria de la Franja por 4-3 y el Chino venció al golero Ruben Pipa Rodríguez a los 24 y 82 minutos. Fernando Rodríguez Riolfo era el técnico de Cerro y su ayudante Gerardo Pelusso, el actual entrenador de Recoba en Nacional. Danubio clasificó a la Copa Conmebol.

Durante el Campeonato Uruguayo de 1994 se consolidó en el equipo titular y el 24 de octubre tocó el cielo con las manos. En el Parque Central le marcó dos goles a Jorge Seré y en tres minutos (83 y 86) dio vuelta el partido que ganaba Nacional con un tanto de Canals. El gurí que nació en la calle Osvaldo Cruz, pleno Flor de Maroñas, contó en una entrevista con Ultimas Noticias, el mismo día del partido, que “al terminar el primer tiempo mis compañeros me reprochaban que no la pasaba por tirar un caño o hacer una moñita. Yo les contesté que así siento el fútbol, que si no puedo hacer eso prefiero no jugar”. También dijo, en la nota firmada por Eduardo Rigaud, que en su casa eran hinchas de Peñarol y que “seguro que los de Nacional me odian y no me querrán nunca… y ojalá sirvan para un pase a Peñarol”.

Por esos días Héctor Núñez se había hecho cargo de la selección nacional y en el segundo partido de su ciclo, jugado el 18 de enero de 1995, convocó a Recoba para un amistoso frente a España en La Coruña. A los 62 minutos Pichón sacó a Francescoli y mandó a la cancha al Chino. En una de las primeras pelotas que tocó, el desfachatado se la jopeó a Fernando Hierro, afamado capitán de Real Madrid y de la selección española. El mundo empezó a conocerlo.

El periodista de la revista Don Balón escribió de Recoba: “Es un joven delantero de Danubio que deslumbró en Riazor, lugar en el que ya saltó el rumor de un presunto interés de Real Madrid por él”. Pero enseguida, Núñez le bajó un cambio: “Le tengo confianza porque sabe, pero todavía está más verde que una lechuga”.

Peñarol y Nacional lo sufrieron durante el Clausura 1995. A los dos les marcó goles en un año que no fue tan productivo aunque su talento ya estaba pronto para cruzar la frontera de Jardines. No fue un buen año para Danubio que terminó octavo en la tabla Anual y con problemas económicos. Al cabo de aquel campeonato el representante de Recoba, Francisco Casal, comenzó a negociar su pase a Peñarol.

José Pedro Damiani, presidente aurinegro, no aceptó la propuesta del empresario, que además del Chino incluía a Jorge Puglia, goleador de la Segunda división en Fénix, Néstor Correa, veloz puntero que aparecía en Liverpool, y Ricardo Bitancort, volante de Danubio. Entonces Casal los ofreció a Nacional y a Los Céspedes fueron, en una negociación que la prensa llamó “paquete” porque incluyó a los cuatro jugadores.

En Nacional Recoba fue campeón por primera vez. Ganó el Clausura 1996. Por momentos parecía que los partidos, con el Chino en la cancha, estaban robados. Resultaba imparable para los defensores. Y una prueba de ello fue el gol que le hizo a Wanderers el sábado 19 de abril de 1997. Maradoniano. Recibió la pelota del golero Álvaro Escames y comenzó a dejar jugadores por el camino. Atrás quedaron Cuello, el Chifle Barrios, Del Campo, a Velazco le tiró un caño, el golero Menéndez se chocó con su compañero Coito después del enganche del Chino, que con un zurdazo a media altura marcó un gol inolvidable.

Un mes después Nacional venció 3-0 a Liverpool (Recoba marcó el segundo) y se coronó campeón del Apertura. Ese fue el último partido de Recoba en los tricolores, que anunció su transferencia a Inter de Milán, club que pagó US$ 5 millones. En una entrevista publicada en la revista argentina El Gráfico, le preguntaron si jugaría con Francescoli en Peñarol: “Jamás. Nacional ya se instaló en mi corazón. Soy bolso hasta las entrañas”, dijo.

En 1995 Moratti asumió como presidente de Inter y para la temporada 1997/1998 gastó US$ 70 millones en formar un equipo invencible. La gran estrella de aquel período de pases fue Ronaldo, pero también llegó Recoba, de 21 años. El debut en Inter fue el 31 de agosto de 1997 y mientras todo el mundo se preparó para ver las genialidades de Ronaldo, el que eclipsó el San Siro fue el uruguayo con dos golazos. “Clamoroso Recoba” tituló Tuttosport y la Gazzetta expresó “De la mano de un fantástico Recoba, Inter gana”.

Jugó una temporada en Inter y seis meses a préstamo en Venezia. Regresó al conjunto milanés y en enero de 2001 renovó el contrato hasta 2006 con un sueldo anual de US$ 7.500.000. Se convirtió en el jugador mejor pago del mundo, más que Raúl, Rivaldo, Gabriel Batistuta, Luis Figo (los fenómenos del momento) y también Ronaldo y Vieri, las dos máximas figuras del Inter.

Las lesiones comenzaron a marcar con rudeza los años posteriores y en agosto de 2007 pasó a préstamo a Torino. Al cabo de la temporada, a mitad de 2008, quedó libre de Inter y firmó por dos temporadas en Panionios de Grecia, pero después de jugar un año y medio rescindió el contrato para regresar a Uruguay.

Nacional lo había coqueteado varias veces, también Peñarol, pero Recoba decidió retornar a Danubio. No le fue bien al Chino en la Franja. El equipo merodeó la mitad de la tabla en las temporadas 2009/2010 y 2010/2011, y Recoba, como en 1995, repitió el plato: se fue a Nacional. “En todo momento aclaré en Danubio que lo mío era una cuestión futbolística. Me iba porque en un año y medio no nos habían salido las cosas y preferí separarme del equipo, pero me voy siendo parte del club y espero siga siendo así”.

Volvió a Nacional prácticamente en silencio. Firmó un contrato a rendimiento y se puso a las órdenes del técnico Marcelo Gallardo. Su aporte resultó determinante entrando desde el banco en la mayoría de los partidos del torneo 2011/2012. Aunque en cuentagotas, la clase del Chino llevó a Nacional a la obtención del Campeonato Uruguayo. Y a él, a ganar su primera liga local. Los tricolores ganaron los dos clásicos del año con goles de Recoba (2-1 y 3-2), consiguieron el Apertura con un tanto del Chino frente a Liverpool y el Uruguayo con otro gol del número 20 en la final contra Defensor.

Renovó el estatus de ídolo en Nacional y hoy, con 37 años, sigue encantando con su talento. Veinte años después, su magia se expandió al mundo.

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