Un gol de tiro libre de Giorgian De Arrascaeta, a los 4 minutos del partido, quitó prematuramente cualquier remota posibilidad de dramatismo al segundo encuentro de Uruguay por el Mundial sub 20, ante Nueva Zelanda, en el que los celestes terminaron venciendo por 2-0. Fue sin sobresaltos, pero también con gusto a poco en el marcador, al igual que en el peso ofensivo mostrado por una selección que, con los nombres de sus delanteros, ilusiona mucho más de lo que concreta.
Con el triunfo Uruguay quedó tercero en el grupo con 3 unidades, por debajo de Uzbekistán y Croacia, que empataron entre sí y suman 4 puntos cada uno. La última fecha del grupo se jugará el sábado y Uruguay deberá vencer a Uzbekistán si quiere asegurarse la segunda plaza, aunque a octavos de final pasan los dos primeros de cada uno de los seis grupos y los cuatro mejores terceros.
Uruguay nunca se vio exigido por su rival, que le regaló la pelota y la cancha para esperar lo más abroquelado posible, pero sin disimular sus limitaciones.
Los celestes empezaron con una línea de cuatro en el fondo (Guillermo Varela, José María Giménez, Gastón Silva y Gianni Rodríguez), doble “5” en la línea media (Leonardo Pais y Federico Gino), una sociedad de tres habilidosos por delante (Diego Rolan, Giorgian de Arrascaeta y Diego Laxalt) y un punta definido como Nicolás López.
Los dos hombres de marca en el medio fueron más que suficiente y por ello Pais se adelantó reiteradamente por el carril central cuando Uruguay tuvo el balón, incluso llegando al área casi como delantero.
Sin embargo, las ideas faltaron en tres cuartos de cancha, pues la mayoría de las jugadas de ataque se diluyeron en el borde del área rival. O bien se falló en el último pase o cada uno de los delanteros decidió resolver con remates, defectuosos, desde afuera del área.
El gol que De Arrascaeta anotó con impecable tiro libre dio tranquilidad –quizás demasiada– a un equipo que se supo todo el tiempo superior, pero que debió liquidar el encuentro mucho antes de los 75 minutos, cuando llegó el segundo tanto, esta vez por parte de López ante la pasividad de la defensa rival. Un pelotazo al segundo palo fue bajado de cabeza por el ingresado centrodelantero Felipe Avenatti y recogido por López, quien primero cabeceó con suavidad y luego aprovechó el rebote en el palo y una floja acción del arquero para empujarla al fondo del arco.
Uruguay mostró control del balón y un manejo regular, pues careció de profundidad en la última zona rival. Lo más destacado se vio promediando el primer tiempo, cuando Rolan bajó unos metros para hacerse del balón y combinar con De Arrascaeta o lanzar en carrera a Laxalt, cuando el primero pasó a jugar sobre la banda izquierda. También hubo buenos momentos en la recta final del partido, cuando dejaron de patear de lejos y buscaron combinaciones al ras del piso.
El triunfo fue claro, pero no contundente. Los tres puntos fueron vitales para que el equipo dependa de sí mismo si quiere colocarse en la siguiente fase del Mundial, pero quedó la sensación de que faltó gol, para tener mejor saldo y para que los delanteros sumen confianza.
El rival fue muy pobre. Buscó poco y concretó mucho menos. No inquietó nunca, a excepción de un par de jugadas en cada tiempo que cruzaron el área sin grandes aspiraciones.
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