Alejandro Lembo espera en el Café Bacacay a los jugadores de Nacional que declaran en el juzgado

Nacional > VIOLENCIA CLÁSICA

Futbolistas ya declaran en el juzgado de Bartolomé Mitre

Los jugadores de Nacional y Peñarol que participaron de la riña durmieron en habitaciones separadas, para evitar que la gresca continuara en la sede policial
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21 de enero de 2014 a las 22:38

Los futbolistas que pasaron la noche en la sede de Inteligencia ya están declarando en el juzgado de la calle Bartolomé Mitre, por los incidentes ocurridos durante el clásico amistoso del pasado lunes. Llegaron a la sede judicial a las 9:44 en dos camionetas con vidrios negros. Más tarde, sobre las 10, llegó el árbitro del partido, Martín Vázquez.

Mientras los jugadores declaran, el gerente deportivo de Nacional, Alejandro Lembo, junto al abogado y dirigente Alejandro Balbi esperan en el Café Bacacay.

Una situación similar a la de este clásico se dio hace 14 años. En el clásico que Nacional y Peñarol disputaron este lunes primó el boxeo frente al buen fútbol. Esta vez, nueve futbolistas de Nacional y Peñarol pasaron la noche detenidos e incomunicados en la sede de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia, en la esquina de Maldonado y Paraguay, por participar de una riña dentro del cuadrilatero verde. Hoy, desde las 10, declaran ante la jueza Blanca Rieiro y ante el fiscal Gustavo Zubía.

Si bien la detención durante la noche no significa que los jugadores vayan a ser procesados, tanto en ámbitos judiciales, estatales como deportivos, se interpreta como una sanción en sí misma. El año pasado, el golero de Nacional, Jorge Bava, pasó una noche detenido por golpear a un policía luego del clásico en el estadio Centenario. Por ese hecho, fue procesado sin prisión.

En lugar de jugar buen fútbol, varios jugadores de Nacional y Peñarol disputaron su supremacía a las trompadas. El juez del partido, Martín Vázquez, expulsó a dos futbolistas de cada institución y ordenó que la pelota siguiera rodando hasta que el reloj, y no las piñas, marcaran el final. Pero el lío no quedó dentro de la cancha, sino que llegó a la Justicia Penal. A modo de denuncia, el jefe del operativo policial presentó ante la Justicia el formulario del partido que redactó el árbitro Vázquez, en el que se destaca la riña protagonizada por futbolistas.

La jueza Rieiro ordenó a la Dirección Nacional de Información e Inteligencia que investigara los hechos e informara al juzgado. Es que el Ministerio del Interior ordenó, tiempo atrás, que sea Inteligencia la que investigue los hechos de apariencia delictiva que se cometan en espectáculos deportivos.

Inteligencia citó a declarar a 10 futbolistas, seis de Nacional y cuatro de Peñarol. A la hora 16 de este martes llegaron los aurinegros a la calle Maldonado. Fabián Estoyanoff, el pionero en intentar convertir la cancha en cuadrilátero, Carlos Núñez, Jorge “Japo” Rodríguez y Jonathan Sandoval.

Una hora más tarde llegaron los jugadores de Nacional citados a declarar: Santiago García (que amenazó con un gesto cortarle el cuello a Estoyanoff), Ignacio González, Leonardo Burián, Diego Arismendi, Darwin Torres y Pablo Álvarez. Alguno de ellos se reunieron en la esquina de Maldonado y Paraguay antes de ingresar a la sede de Inteligencia y compartieron risas, sin adivinar, seguramente, que quedarían detenidos toda la noche, por orden de la jueza. Arismendi, el más risueño, tampoco imaginaría que horas más tarde le iban a robar el auto afuera de la sede policial.

El único futbolista que fue citado a declarar y quedó en libertad fue Álvarez, quien recibió el primer puñetazo de Estoyanoff y no reaccionó con violencia.

Si bien el jefe de seguridad de Peñarol, Washington Vega, dijo a la salida de la sede de Inteligencia que los futbolistas tricolores y aurinegros pasarían la noche juntos en “una oficina”, fuentes policiales informaron a El Observador que los cuatro jugadores de Peñarol detenidos y los cinco de Nacional pasarían en habitaciones separadas, para evitar que la gresca continuara.

Los futbolistas declararon uno a uno. También lo hicieron los cuatro jueces del partido. A su vez, estuvieron presentes en la sede policial los jefes de seguridad de cada institución, Vega por Peñarol y Andrés Rodríguez por Nacional, y los gerentes deportivos, Carlos Sánchez por Peñarol y Alejandro Lembo por Nacional.

Sobre la hora 20, Vega salió de la sede de Inteligencia hacia Los Aromos a buscar "comida, colchones y frazadas" para los jugadores. La escena se parece bastante a la que protagonizaron otros futbolistas de Nacional y Peñarol en el año 2000, cuando se trenzaron en una pelea en medio del Centenario. Aquella vez, el juez penal Pablo Eguren procesó con prisión a nueve futbolistas (seis del Peñarol y tres del Nacional) y al entonces entrenador del Peñarol, Julio Ribas. Hoy, el fiscal Zubía y la jueza Rieiro decidirán si procesan, con o sin prisión, a los futbolistas devenidos en boxeadores.

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