Damián Frascarelli tiene ante Danubio la oportunidad que espera hace más de un año.

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Frascarelli se juega la ropa

Tras más de un año de espera, el arquero tendrá su chance y habló de la promesa que Bengoechea no pudo cumplir y de su relación con Guruceaga
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09 de octubre de 2016 a las 05:00
"Andate de una vez pelado, así me dejás atajar un poco. Eso le decía a Gastón en la pretemporada (risas). Ahora con el campeonato en juego siempre le digo, 'nunca te agarrás una gripe que te lleve dos días de cama'. Tenemos una gran relación, somos muy amigos y nos permitimos esos chistes", dice Damián Frascarelli, el arquero que hace más de un año llegó a Peñarol y el domingo jugará su segundo partido (debutó en la victoria ante Sporting Cristal por Copa Libertadores), el primero oficial por el torneo local.

Gastón es Guruceaga, dueño del arco mirasol desde que Pablo Bengoechea lo hizo debutar, consolidado por Jorge Da Silva y que dejará el arco vacante por estar afectado a la selección uruguaya.

Frascarelli es, junto a Carlos Valdez, Tomás Costa y Marcel Novick, el referente de un equipo en construcción y tiene con los arqueros del plantel una relación casi de padrinazgo: "Cuando nos vamos el gallego Ferro siempre me dice "cuidame a los nenes". Thiago (Cardozo) y Gastón (Guruceaga) tienen mucha juventud pero una madurez bárbara. Somos muy amigos, vamos a merendar juntos, nos fuimos de vacaciones juntos y salimos con nuestras familias".

Competencia del puesto único

El puesto de arquero es ingrato por donde se lo mire. Los errores son pecados capitales y, aún en una tarde inspirada, el crédito se lo llevan los goleadores si el equipo termina ganador. Aunque eso no es lo peor. Juega uno solo y si mantiene el nivel, sus relevos pueden envejecer esperando.

"Bengoechea me dijo que estaba muy agradecido con mi actitud, pese a no jugar, y que para el siguiente torneo iba a rotar el arco para jugar los dos, pero a la semana lo echaron"

Frascarelli, que jugó en ocho equipos además de Peñarol, siempre fue titular por lo que tuvo que poner en la balanza si resignarse a remarla de atrás o darse el gusto de estar en el club de sus amores: "Fue inesperado estar en esta condición. Si bien cuando Pablo (Bengoechea) me llamó, me dejó bien en claro que Gastón era un arquero joven, del club y que lo querían proyectar, yo tenía la idea de que con la doble competencia iba a tener minutos. En lo personal el balance fue mejor porque fuimos campeones y mis compañeros me hicieron saber el peso que tengo dentro del plantel, el cuerpo técnico anterior cuando me pidió, este cuerpo técnico cuando se me venció el contrato y los dirigentes. Se vencieron 13 contratos y a mí me renovaron pese a no jugar un minuto".

Una vez que Peñarol ganó el Apertura, Bengoechea se acercó a Frascarelli para agradecerle por su actitud pese a no jugar y le hizo una promesa que no pudo cumplir: "Bengoechea me dijo que para el siguiente torneo iba a rotar el arco, que íbamos a atajar los dos, pero a la semana lo echaron".

La llegada de Jorge Da Silva tuvo un impacto en el plantel, no por el Polilla, sino porque la salida de Bengoechea trajo consigo la renuncia de Marcelo Zalayeta enojado por el accionar de los dirigentes: "Con Pablo tenía un diálogo constante pese a no jugar. El cuerpo técnico de Jorge llegó y mantuvo las bases del plantel anterior; por eso no tuve diálogo".

Cuando Peñarol fue Campeón Uruguayo, Guruceaga puso a Frascarelli en la primera fila de los agradecimientos, lo que habla del soporte anímico pese a la competencia diaria en un puesto donde solo puede jugar uno: "Esas son las pequeñas cosas que tiene el fútbol que para afuera no son vistosas pero tienen un valor personal muy grande. Las experiencias que tuve en el fútbol me hicieron ser la persona que soy hoy. Yo tuve un click cuando debuté y tenía dos arqueros de mucha experiencia como Gonzalo Noguera y Mauricio Caro que siempre trabajaron con la mejor cara apoyando desde el ejemplo. Sabían que yo estaba defendiendo la plata del equipo y hoy trato de hacer lo mismo. No me toca jugar porque está Gastón y yo lo respaldo a full".

Damián Frascarelli
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"No me deja tranquilo", dice Frascarelli en plena producción mientras Guruceaga le gritaba de lejos.

Con Guruceaga en la selección, Frascarelli tendrá el doble reto de que Peñarol vuelva a ganar en un Uruguayo Especial que colecciona más amarguras que satisfacciones y también buscará demostrar que está al nivel de ser titular.

Será sin dudas un partido pesado, porque enfrenta a uno de los punteros, juega de visitante y ante un equipo que lo buscó con insistencia en la pretemporada: "El partido tiene condimentos. Leo Ramos me llamó durante la pretemporada, Danubio me quiso llevar, es el equipo que viene primero y juega en su cancha. Va a ser un lindo partido. Hace mucho que no tengo arco, pero entreno a muerte todos los días. Pienso en el año que estuve acá y no jugué, pero no puedo hacer todo lo que no hice en un año en un partido".

Un recuerdo y una anécdota

Frascarelli tuvo su primera etapa en Peñarol en 2008, cuando llegó bajo el mando de Gustavo Matosas y una lesión le impidió jugar: "Llegamos a Hong Kong tras 36 horas de vuelo para una gira amistosa y Matosas decidió hacer un entrenamiento para sacarnos el viaje de arriba. En una jugada clavé los tapones y la rodilla no me giró. En ese momento se me durmió la pierna y supe que algo malo me había pasado. En Uruguay me dijeron que me había roto los ligamentos cruzados y se me cayó el mundo abajo. Todo lo que soñaba se desmoronó".

"Yo trato de ser un hincha en Los Aromos. Hablo con mis compañeros de lo que es Peñarol, de lo que significa estar en este club. Intento sumar siempre para el grupo y la gente lo valora"

Tuvo dos lesiones en momentos claves de su carrera. ¿La otra? Jugando como titular en Omonia Nicosia de Chipre, que disputaba la Europa League.

En su segunda etapa, cuando su contrato se había vencido y los dirigentes trataban su renovación, Frascarelli habló con su madre, protagonista de una recordada defensa radial: "Esta decisión de quedarme fue difícil. Me quería quedar por el club, pero el ser suplente para el arquero es muy duro. Aposté a que Gastón, que había tenido un gran año, pudiera emigrar para tener la oportunidad de mostrarme. Él se quedó y mi situación no cambió. Mi vieja me dijo ¿te parece seguir?, no jugaste durante un año, te tenés que ir, pero las decisiones las tomo yo. Si fuera por jugar de titular, no me hubiera ido nunca de River Plate".

Frascarelli, protagonista en la formación del grupo campeón y sin minutos en el campo de juego, tiene su tan ansiada oportunidad: lo mandan al arco del triunfo.

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